Leyenda, agonía y renacimiento del
Teatro Argentino de La Plata
Investigación periodística Alicia Balista
La ciudad de La Plata fue creada donde había un desierto y antes que las Oficinas y Departamentos Gubernamentales se levantaron Universidades y un Teatro.
Es el caso del Teatro Argentino donde se produjo una leyenda. Un 19 de noviembre de 1890, cuando se levantó el telón por primera vez para presentar la Opera de Otello, de G. Verdi. Comenzaba un sueño.
La soprano italiana Elvira Colonnese estaba en medio de la pampa con un auditorio de tanos inmigrantes y aristócratas nativos.
Después pasaron cantantes de gran envergadura mundial, pianistas, la Filarmónica de Viena y bailarina como Ana Pavlova.
Un máximo resplandor de las artes, Henríquez Ureña, la consideró como la Atenas de América.
Toda evocación tiene un costado inflamable. La tragedia estaba cercana.
el 18 de octubre de 1977, el fuego devoró el edificio renacentista que había diseñado el arquitecto Leopoldo Rocha.
Muchos platenses presenciaron un incendio que comenzó con los cortinados y consumió el corazón de la sala.
La sospecha de atentado flotaba en el ambiente pero era riesgoso denunciar por aquellos tiempos. Un año después se armó el nuevo proyecto de reconstrucción.
Pero pasaron 20 años hasta que el telón volvió a levantarse, el 12 de octubre de 1999, se despertó el gigante dormido.
Con una velada de gala se inauguró la sala lírica para 2.200 espectadores y tecnologías similares al Colón o la Scala de Milán.
Cada apertura de escenario representó un acto de amor y alegría entre músicos, bailarines, iluminadores y utileros del teatro.
El edificio actual espanta de modernidad pero adentro es cálido.
La danza se mezcla con muestras plásticas o espectáculos populares.
El flaco Spinetta se conmueve y toca. Los Gospels se cantan como plegarias. Próceres tangueros del Sexteto Mayor estrujan el alma.
Y antes la Opera , siempre la ópera como en la época de aquellos tanos inmigrantes.
Secretaría de Cultura de La Plata
2 comentarios:
¡Muy interesante aporte, Alicia! Felicitaciones.
Alicia: como platense fui testigo de aquella tragedia, que duele hasta el día de hoy. Pasé parte de mi infancia disfrutando de ese Teatro magnífico, de sus obras, de su excelencia. Si bien está reconstruido, jamás tendrá aquella belleza y encanto. Un abrazo,
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