Un César López Pérez de capa baja estaba en su negocio y en otro día de tantos, tantos días iguales; aburrido e impotente porque entraba un cliente al lugar cada vez que llovía en el barrio más de 200 mm., decidió colocar una caja de mentiras, a modo de ofertas, en la vereda de su negocio... la dejó justo frente a la puerta de entrada.
Por supuesto, porque sinó no estaría escribiendo esta historia, al día siguiente comenzaron a llegar los clientes y en buenas cantidades. Ahora, César estaba feliz por su buena idea y decidió colocar otra caja de mentiras, otra caja sobre la primera y no pasó mucho tiempo para comprobar cómo iba creciendo el número de clientes a medida que colocaba una nueva caja en la pila de mentiras...
Cuando la columna formada con todas las cajas de mentiras sobrepasó la altura del techo del negocio, César cruzó la calle y se paró en la vereda del frente, miró un buen rato a la descomunal columna con cajas de mentiras frente a la puerta de su negocio y otra vez se le prendió la lamparita: qué bien quedaría un globo terráquelo sobre ella, pensó. Pensado, no dicho y hecho... al día siguiente, contrató la grúa más grande de la ciudad (en realidad, era la única existente), y orgulloso, este genial negociante, miró como sus sueños de grandeza se hacían realidad. Ese día, al final de otra jornada de caja registradora repleta de monedas y billetes, cerró la puerta de entrada, acarició suavemente la columna de cajas de mentiras y se fue hacia su casa, a comer y descansar.
A la mañana siguiente regresó al negocio y se encontró con lo siguiente: la columna de cajas de mentiras no había logrado resistir el equilibro toda la noche y el globo terráqueo había caído sobre su negocio, aplastándolo en un 96% (el 4% restante era el tanque de agua y un palomar sin palomas del vecino del lado izquierdo).
Sentado en medio de la calle, entre la desazón y los bocinazos de los autos que le pasaban demasiado cerca, César López Pérez, entendió que es imposible sostener un mundo con mentiras.
Por supuesto, porque sinó no estaría escribiendo esta historia, al día siguiente comenzaron a llegar los clientes y en buenas cantidades. Ahora, César estaba feliz por su buena idea y decidió colocar otra caja de mentiras, otra caja sobre la primera y no pasó mucho tiempo para comprobar cómo iba creciendo el número de clientes a medida que colocaba una nueva caja en la pila de mentiras...
Cuando la columna formada con todas las cajas de mentiras sobrepasó la altura del techo del negocio, César cruzó la calle y se paró en la vereda del frente, miró un buen rato a la descomunal columna con cajas de mentiras frente a la puerta de su negocio y otra vez se le prendió la lamparita: qué bien quedaría un globo terráquelo sobre ella, pensó. Pensado, no dicho y hecho... al día siguiente, contrató la grúa más grande de la ciudad (en realidad, era la única existente), y orgulloso, este genial negociante, miró como sus sueños de grandeza se hacían realidad. Ese día, al final de otra jornada de caja registradora repleta de monedas y billetes, cerró la puerta de entrada, acarició suavemente la columna de cajas de mentiras y se fue hacia su casa, a comer y descansar.
A la mañana siguiente regresó al negocio y se encontró con lo siguiente: la columna de cajas de mentiras no había logrado resistir el equilibro toda la noche y el globo terráqueo había caído sobre su negocio, aplastándolo en un 96% (el 4% restante era el tanque de agua y un palomar sin palomas del vecino del lado izquierdo).
Sentado en medio de la calle, entre la desazón y los bocinazos de los autos que le pasaban demasiado cerca, César López Pérez, entendió que es imposible sostener un mundo con mentiras.
11 comentarios:
Amiga qué decirte con ésta genialidad! Realmente imposible sostener un mundo ficticio, lleno de mentiras. Que a muchos les sirva el mensaje no??
Besos y seguí escribiendo y ahora corrigiendo también!!!!
Viviana
Gracias Vivi por tu comentario.Sabemos que aunque algunos simulen que todo está bien..., vivir en un mundo de mentiras no trae consecuencias buenas. Sí,espero que el mensaje sirva. Un beso.Cristi.
Gracias Graciela por la posibilidad de publicar nuevamente y por colocar siempre imágenes tan representativas.
Cristina Campanile.
Gracias Juanca porque siempre podemos contar con tu sabiduría literaria.
Cristina.
De nada por nada, querida Cristina y felicitaciones por esta obra tan bien lograda (el mensaje, no por conocido, en tu historia se revaloriza y eso es un nuevo logro que te corresponde a vos autora).
Un abrazo para todos.
Cristina: me gustó mucho tu texto; muy bien logrado para un mensaje final muy importante.
Mirta P.
Me gustò Cristina, tiene coherencia el relato y una actualidad que a muchos imagino nos asusta. Lo hermosamente increìble es que tenemos el arte para defendernos y soñar el cambio. Felicitaciones.
Gracias Mirta y gracias Mauricio. Son muy amables al comentar. Les agradezco sinceramente sus palabras.
Cristina.
te felicito cris por tu original historia y sobre todo por el mensaje que deja.
te mando un beso
Alicia
Gracias Ali. Un beso.
Cris, me encanto, cada cuento es un un nuevo logro. Una hermosa historia para un viejo y acertado consejo! Te Felicito!!!Anabella
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