lunes, 21 de marzo de 2011

Antonio Cristóbal Pourrere-Buenos Aires, Argentina/Marzo de 2011

APENAS CON EL ALMA

Enorme es el rodeo que nos deja la calma.
Reconocer la meta preparada,
trasladar la esperanza sin nombre conocido.
Una barcaza quieta
que se aplasta a la arena
con un dejo amarillo de tibieza.
Tengo ajadas las manos
de acariciar silencios.
La mirada recortada en el tiempo,
allí, detrás..., la juventud eterna
de haber creído cielos.
Orquídeas y esmeraldas, un deseo,
solo pétalos sueltos del pasado,
un reflejo de nubes.
Hoy sé que todo está,
transita y se transforma.
Caminos sugeridos...,
recorridos apenas con el alma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ANTONIO,

UN POEMA MUY DULCE, EXQUISITO.

LUIS SIBURU

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Antonio: qué bello es poder recordar el pasado, con este nivel de pensamiento, de lindas expresiones, aunque esos "caminos fuesen sólo para el alma". Mi saludo afectuoso,