1º PREMIO
Mariana Rodríguez
Olivos, Buenos Aires, Argentina
Detrás de la puerta
Detrás de la
puerta podría encontrar
los ojos de
mi madre
ya huecos de
preguntas
podría
encontrar los huesitos roídos
de esos
hombres que amé con tanta hambre
los restos de
las pieles que he mudado
y una
guirnalda muy poco festiva
de mariposas
muertas
detrás de la
puerta podría encontrar
la bóveda de
la infancia
con sus
muñecas rotas con sus cicatrices
podría
encontrar un cementerio de botellas verdes
tantas
como las respuestas
que no adivino
encontraría
las barajas a las que aposté y perdí
y el pasaje siempre abierto
hacia mi
patria de sombras
detrás de la
puerta podría encontrar
la fila
peluda de arañas del insomnio
aguardando
su noche
las babosas
secas de los besos que dí
y los
malvones siemprevivos
espléndidos
del deseo
encontraría
un campo de margaritas nuevas
encontraría
las ganas nuevas de deshojarlas
y la enredadera azul de mis brazos que esperan
que siempre
esperarán
la boca del
beso siguiente
la boca que
no conozco.
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2º PREMIO
Lorenzo José Luengo
Gonet, Buenos Aires, Argentina
ARENA Y CANGREJAL
Un día, preferí partir para no
amarte.
Desde entonces, no he podido
acostumbrar mi vida a tu silencio.
Por eso vengo algunas noches a
mirarte,
desde la rubia cabellera de
aquel médano.
Porque soy una sustancia de la Pampa,
como un sueño de arrieros y
leyenda.
Una guitarra, tan seca y
callada.
Los brazos en cruz de Santos
Vega.
Sureña de juncales y de talas
te nombro, Señora en serenatas,
donde van a morir las luces
malas,
allá en el filo fatal de Punta
Rasa.
Yo soy el Tuyú y la sudestada,
que pecha rio arriba la
esperanza.
Soy el grito originario de esa tierra
antepasados del cielo y de la
playa.
Quiero un ahora, sin después o antes.
Madre fundamental de mi
existencia.
Es que vuelven mis manos a
buscarte
en el lugar de las cosas
verdaderas.
Ya sé que estoy enfermo de
llanuras
perdiéndose en los cielos a lo
lejos.
Tengo héroes que no tuvieron tumba
y una morena Diosa India,
donde rezo.
En los penachos de algunas
cortaderas,
se quema el aliento de una
raza.
Entiendo los misterios
que me abrazan,
pues fui parido ayer, en los
caminos.
Mañana, al final de todos mis
destinos.
Con el cuerpo carente de
templanzas,
recibiré de soles, esas tardes
mansas.
Tan solo por dejarme
sorprender. De atardecer.
Borracho e insaciable, de
arena y cangrejal.
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3º PREMIO
SERGIO RAMIRO GARECA RODRIGUEZ
Bolivia
CANCIÓN DEL NIÑO HIP HOP
Por estas mismas calles
que son de otro universo
el niño del rap cae sobre sus muertos
Olvida a quienes olvidan
Escupe lo más alto que puede
y queda a mano con el mundo
Cruza los pies /da una vuelta y dice Hip
Es invisible
Las manos frías no pueden contenerlo y dice Hop
El calibre de su verso callejero
es un hueco en el ozono de su voz
El futuro le pasa una canción por encima
Se pone de cabeza ante la luna y dice Hip
Bebe un trago por cada estrella y dice Hop
Habla la lengua de los perros
y es el niño de esta selva
Mueve los brazos y dice Hip
Escapa de su propia presencia y dice Hop
Conoce el rostro de un diablo menos paciente que
dios
Le mira un buen rato /Le saca la lengua
Se mueve de nube y dice Hip
Baila en los truenos y dice Hop
La ropa le queda ancha
como si tuviese que usarla en otra vida
Camina rimando y dice Hip
Es gigante moreno pequeñito y dice Hop
¿Cómo dice?
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1º MENCIÓN
Inés
Graciela (Nechi) Dorado
Buenos
Aires, Argentina
A mi niña Paloma
Apenas te imagino, niña Paloma.
Niña a la que no pude mecer su cuna,
ni descifrar sus desvelos o besar su frente,
iluminarme con su sonrisa de oro y sus destellos.
¡Niña Paloma!
Quisiera ser el viento a favor que alce tu vuelo,
la nube que te cubra si te asalta el miedo,
la estrella que detenga el filo que te hiera
la palabra concisa, que devele un misterio.
Enroscarme en el aire, si sopla a contramano
queriendo convocarte hacia la oscuridad,
hacia el lamento.
Quisiera ser tu manantial y tu desierto,
la levadura de tu pan, la vianda de tu aliento.
El brillo de tu luna, tu error, tu acierto.
Si un día tuvieras hambre de palabras
quisiera romper la huelga, llenar la ausencia,
tapando cada agujero de tu alma.
Encordelar el potro de todas tus tristezas
para que nada te arrastre hacia la mansedumbre,
ni al despecho.
Quisiera volverme olivo, senda de caramelo,
almíbar de tu voz, brisa de lluvia
guía de tu paso firme, al rozar tu suelo.
Mi niña Paloma, crece, agita tu vuelo
que mis latidos te siguen hasta en la ausencia.
¡Enciéndanse tus soles, dancen luceros
cuando tus alas vuelen libres, hacia el tiempo!
Tal vez, entonces, ya pueda conocerte.
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2º MENCIÓN
Juan Jesús
Oviedo
Villa Gesell,
Argentina
Falla
Si la cuántica tuviera razón
del aletear de una mariposa
Y devenir huracán en otro
confín de lo real
Entonces, hubiera creado,
destruido
Y vuelto a crear, cientos y
miles de universos
Por este pensar que me arrasa
día a día
En todos los días de mi vida
Que vivo y experimento en este
mundo clásico
Donde mandan las causas y todo
tiene una razón
Como la espina que llevo,
cargo y se hunde
Pero no en mi corazón sino en
mi cerebro
Porque se trata de eso, desde
el neologismo de la causa
Cuando simplemente es amor.
Porque yo te pienso pero no
porque quiera pensarte
Sino porque no puedo vivir sin
pensarte
Como en aquellos días en que
no podía vivir sin amarte
Como era buscarte en el
recuerdo cuando no estabas
Muy distinto a este recuerdo
del extrañarte
Y como hijo de Prometeo sufro
la misma condena que mi padre
Pero no se trate esta vez del
hígado sino del corazón
Devorado noche a noche por el
deseo de los sueños
Y del nacer al otro día
viviendo la condena del pensarte.
La cuántica no logra que sepas
lo que hoy vivo
Pues, alguna cosa brotaría,
algo emergería
Para que ya no viva lo que
vivo, entonces, la cuántica falla
Porque amor mío, no te beso, cuando,
tanto es lo que te beso…..
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3º MENCIÓN
Pedro Suárez Sánchez
España
OTRO MAR
Este
milagro azul que contemplamos
¿Qué dioses lo crearon o qué azares?
¿Qué dioses lo crearon o qué azares?
¿Habrá en este universo otros planetas
a cientos de años luz en que otros seres
disfruten con el ritmo acompasado
de mansas olas que acarician playas,
que resistan también sus tempestades,
que naveguen en busca de horizontes
cada vez más remotos, que imaginen
leyendas que después serán historia?
Acaso en un momento como este
un
simétrico sosias se plantee
preguntas similares y no halle
respuestas. Si es así, yo le diría
que contemplo el azul de este milagro.
preguntas similares y no halle
respuestas. Si es así, yo le diría
que contemplo el azul de este milagro.
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4º MENCIÓN
María Verónica Filippi Farmar
Corrientes, Argentina
-
COBARDÍA
Cordeles de
enlutadas primaveras
se ciñen en
impávidas miradas
¿Qué
predicen los astros en la vera
de turbadas
caricias laceradas?
En castillos
de barro la miseria
desnuda sus
manitas mancilladas.
Asedian los
rugidos de la histeria
afanosa de
lágrimas crispadas.
Detiene,
deja ir y se escabulle
aquel triste
fantasma del presente.
Camina,
corre, vuela y luego huye
de las
verdades que su voz desmienten.
De náuseas
ha impregnado la ciudad.
De llagas ha
incendiado los andenes.
Desangra su
locura en soledad.
Dibuja
tardes rotas en mis sienes.
Y busca, a veces,
puertas sin candados,
gaviotas que
presagien primaveras,
mas brotan
en sus ojos desquiciados
tormentas
que destrozan las quimeras.
Pretendo con
mis manos estrechar
su cuerpo, y
abrigar con mi calor
el frío que
se empeña en acechar
los rastros
de su temeroso amor.
Aún
florecerán en mis entrañas
orquídeas de
locuras y rocíos.
Me desharé
de aquella fiebre extraña
que sólo
sabe de rencor y hastío…
…Cordeles de
enlutadas primaveras
retienen en
su faz sombras hurañas
Y juegan
contra el tiempo una carrera
Que ganan
pero pierden… y se engañan.
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5º MENCIÓN
Ana Martín Carrillo
España
Miedos
Tengo miedo de pasarme los
años escribiendo
y que no importe,
que nadie lea mis huellas
manchadas de lágrimas,
que el mundo no cambie su
maldita capa de apatía.
Tengo miedo, sí:
miedo a no soltar el bolígrafo
más que cuando se me agote la tinta;
a que me exploten en la cara
todas las demandas
por abandono de la risa;
a que el mundo cambie
y yo me quede estancada
en mi particular pesadilla.
Tengo miedo
a que los golpes no terminen
nunca;
a que las metáforas cobren
vida
o se cobren la mía;
a que solo me miren para
apuntarme
y dispararme toneladas de
desprecio encima.
Tengo miedo
porque me faltan centímetros
para poder desmelenarme
y gritar a los veinte vientos
que me marcho lejos de vuestra
odiosa rutina.
Tengo miedo
de que Narciso le clave un
puñal a Marx,
de que el hedonismo no nos
deje amar;
de que hagamos oídos sordos a
Beethoven
y no volvamos a escuchar más
voces
que las de nuestras
conciencias agonizando entre tanta heroína.
Tengo miedo.
Por eso no me rindo.
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6º MENCIÓN
Digna Sabaté
Pergamino, Argentina
SIN
EMBARGO…
He sabido:
tender un puente
del llanto a la sonrisa
sobre el océano de la vida;
Conectar el corazón con el universo
y estirar los brazos para abrazar,
y el aire para llevar una caricia.
Supe ejercer la libertad de mis sueños
sobre los vidrios empañados de los iviernos más
duros;
y he caminado alto y oscuro
con los pies heridos,
los ojos bien
abiertos,
y los labios muy cerrados.
¡Es tan difícil hablar entre el bullicio estéril.
Aprendí a
guardar mis miedos,
y convertirlos en caramelos ácidos, o amaneceres
rosados;
a vestirme de sol y pan por las mañanas,
de luna y
licores al atardecer.
Me propuse respirar profundo todos los veranos
bajo la levedad de una rama de manzano
recostada a un lado del olvido.
Hoy he regresado del dolor, áspero, desnudo,
entre amaneceres de estatuas caídas,
frente a rostros interrogantes
y miradas abismales.
Tengo aun mil preguntas que macero en mi boca
y no puedo decir…