REFLEXIONEMOS UN POCO
Está bien claro que perro nació
para ser perro, al igual que un gato o un caballo; ¡De una vaca no puede nacer
un cabrito! O de un conejo un cerdo. ¡Imaginen que de un huevo de gallina salga
un burro! ¿Nada cuerdo verdad?
Ahora hablando de seres humanos
que somos, tenemos comportamientos distintos, códigos de conducta propia; no
podemos exigir a uno como quisiéramos y nos gustaría que fuese, es como alguien
dijo: -No puede ser diferente porque lo lleva en la sangre -Él es él, tú eres
tú, yo soy yo, somos únicos en el mundo como nuestra huella digital, hay
personas que nacieron para tener mal carácter, otras para ser bondadosas
también, algunas para tener oscura mirada de por vida; mientras que aquellos
que queremos que cambie aquella oscura mirada, nos quedamos hasta de por vida
esperando ese cambio y vemos que nunca sucede; por lo cual debemos tomar
medidas distintas, con alejarnos no basta.
Mi madre esperó por más de
treinta años para que mi “padre” pudiera cambiar su actitud tosca, su conducta
con aires de frialdad, su odio, su desprecio hacia su familia por el de cariño
y nada, más bien cada vez fue de mal en peor, hasta que se cansó, yo me cansé
también al verlo así. Al fin pudimos darnos cuenta que él es como el perro que
nació para ser perro, no cambiará de ser eso.
No nos hagamos falsas ilusiones
si vemos o sentimos que algo en alguien no está bien, no tratemos de reflejar
lo que no es y esconder lo que realmente está pasando. A mí me duele ver a mi
madre que haya padecido tanto maltrato ya sea físico, psicológico o económico
por tantos años y no haya tomado medidas, ¡Más de treinta años! ¿Acaso es poco?
A ustedes que me siguen,
pregúntense: ¿Qué tipo de personas son? No me respondan a mí, sino a ustedes
mismos. Mujer, no aceptes vivir como mi madre vivió, si estás en esa situación,
ámate a ti misma y toma medidas distintas, busca tu felicidad como mujer,
porque tú eres tú.