miércoles, 23 de mayo de 2018

Luis Tulio Siburu-Argentina/Mayo de 2018


LA SÉPTIMA CARA DEL DADO
Brillar de los ojos, que buscan en vano,
la pródiga mano de la salvación.
Rodolfo Sciamarella - Tango “Vidas marcadas”

La marquesina luminosa que da entrada a un saloncito muy afrancesado dice pase inglés pero la gente que se arremolina entre las mesas tiene el color cobrizo del criollo.
Alguien me arroja sobre el tapete verde y ocho pares de ojos amarrados a la mesa siguen mi recorrido, sin contar la veintena de mirones parados que observan detrás pero no arriesgan. Por las mentes de los jugadores, en pocos segundos, pasa una estela infernal entre todo lo posible de ganar y todo lo posible de perder. Extraña sensación que el ser humano busca – a veces desesperadamente -  como una forma de manejar su destino, de cambiar caminos rutinarios, de aspirar a fantasías ancestrales, de cumplir sueños que otros no alcanzaron, de superar realidades no aceptadas.
De pronto el croupier dice no va más y ellos saben que ya no pueden alterar lo que va a ocurrir, están jugados hasta la médula, entregados a observar con ansiedad las seis caras de mi cuerpo que gira vertiginosamente y parece no detenerse nunca, en ese ritmo enloquecedor del sube y baja, similar al de los amores, la salud, el trabajo, la creatividad, el goce, la esperanza y la frustración….en fin…la vida.
Me detengo. El hombre vestido de negro canta el resultado definitivo. El pañuelo vestido de blanco enjuga sudor de manos y alguna lágrima del rostro.  Ahora soy apenas un número de los seis que me componen. Sin embargo para ellos soy mucho más. Soy un rostro de alegría o de tristeza. Si en este momento se miraran al espejo, estarían encontrando mi séptima cara. La virtual, pero paradójicamente la de la verdad.  

Génesis Sánchez Díaz-Ecuador/Mayo de 2018


  TÚ ME HAS ENSEÑADO

Aunque parezca, que hemos perdido la batalla
Nooo
Dicen que es fácil, rendirse y tirar la toalla
Yo les digo, no
Porqué ellos no saben cuanto hemos perdonado
Porqué ellos no entienden, lo que cuesta amarnos
Y me has enseñado
Que es posible volar con un beso
Que puedo sentirte a mi lado aunque estés lejos
Pero siento miedo cuando no te tengo
Pues pienso que se puede amar sin medidas
Podríamos ser parte de novela sin final
Donde cada capítulo, diferente es el cuento.
Porqué ellos no saben cuanto has hecho en mí
Porqué ellos no entienden que no es más de lo que yo en ti
Y me has enseñado
Que es posible volar con un beso
Que puedo sentirte a mi lado aunque estés lejos
Pero siento miedo cuando no te tengo
Pues pienso que se puede amar sin medidas
Podríamos ser parte de novela sin final
Donde cada capítulo, diferente es el cuento.
Y si nadie, apuesta por nosotros no me importa
Suficiente contigo y nuestro Dios
Qué amor...
Sigo pensando que puede amarse sin medidas
Podríamos ser parte de novela sin final
Donde cada capítulo, diferente es el cuento pero todos con un final... Contigo...
Y todos en un final... Contigo...

Josué Andrés Moya-Ecuador/Mayo de 2018






VOLVIENDO A ESCRIBIR

Escribo en esta noche para recordar
que la luna es más constante.
Diría yo que la luna podría amarme cada noche,
demostrando con su luz reflejada hacia a mí.
La importancia que me das es tan miserable...
¡Quisiera que ni me recuerdes!
Que el olvido se vuelva esencial
dador de refugio, fuera del dolor
de ese amor hipócrita que siempre afirmabas sentir.