La cucaracha Pancha
Salió de su choza la cucaracha Pancha, como todos los viernes que anochecen, lenta y chueca, rumbo al boliche "Atchis", del chupado Chacho Pelucho (por no decirle 'flaco o delgado' que no tienen la hache ni fuerza para sostener la hacha).
Pancha, la cucaracha pachanguera iba chiflando el tema "Las cucarachas no usamos perfume porque no somos francesas anque las hay también", con sus manitos negras en los bolsillos de sus bombachas de campo chico, llevando en una mochila todos los chimentos de la semana de las demás cucarachas del pueblo, todas cucardas chifladas de las chimeneas urbanas; chifladas porque el que vive en una chimenea siempre sale chamuscado y achucharrado (menos Papá Noel que anda con su rojo equipo anti- chamusque).
Pachangueó toda la noche la cucaracha Pancha, chicharachera y borracha, y cuando ya no pudo sostenerse sobre sus cuatro patitas ni nombrar ocho diferencias entre una chuleta y un chiste, salió de la cantina con sus mochilita de chismes cucarachos, derechita a su trabajo (algunos dicen que iba haciendo zig zag y lástima que no exista el 'chig chag').
Pero tan borracha andaba la Pancha aquel amanecer que los chimentos los escrachó chanfleados y algunas cucarachas se ofendieron. Como la cucharacha Chavita, la cual recibió un chimento de sí misma. Cara de chirola le puso la Pancha cuando Chavita le reclamó explicaciones por la ofensa.
- No me pegue con la chancleta, vecina Chavita -dijole Pancha, pero a la dolorosa citada ya la tenía bajando y subiendo sobre su cabecita.
Lo mismo le pachó - léase: le pasó -, con las cucarachas Chopita y Chinchorro, las cuales prefirieron quejarse con chasquidos de palabrotas y no con las chancletas.
Pobrecita la cucharacha Pancha que perdió su trabajo y, a partir de entonces, no tuvo más remedio que chiflarse por su chapucera charlatenería.
Pancha, la cucaracha pachanguera iba chiflando el tema "Las cucarachas no usamos perfume porque no somos francesas anque las hay también", con sus manitos negras en los bolsillos de sus bombachas de campo chico, llevando en una mochila todos los chimentos de la semana de las demás cucarachas del pueblo, todas cucardas chifladas de las chimeneas urbanas; chifladas porque el que vive en una chimenea siempre sale chamuscado y achucharrado (menos Papá Noel que anda con su rojo equipo anti- chamusque).
Pachangueó toda la noche la cucaracha Pancha, chicharachera y borracha, y cuando ya no pudo sostenerse sobre sus cuatro patitas ni nombrar ocho diferencias entre una chuleta y un chiste, salió de la cantina con sus mochilita de chismes cucarachos, derechita a su trabajo (algunos dicen que iba haciendo zig zag y lástima que no exista el 'chig chag').
Pero tan borracha andaba la Pancha aquel amanecer que los chimentos los escrachó chanfleados y algunas cucarachas se ofendieron. Como la cucharacha Chavita, la cual recibió un chimento de sí misma. Cara de chirola le puso la Pancha cuando Chavita le reclamó explicaciones por la ofensa.
- No me pegue con la chancleta, vecina Chavita -dijole Pancha, pero a la dolorosa citada ya la tenía bajando y subiendo sobre su cabecita.
Lo mismo le pachó - léase: le pasó -, con las cucarachas Chopita y Chinchorro, las cuales prefirieron quejarse con chasquidos de palabrotas y no con las chancletas.
Pobrecita la cucharacha Pancha que perdió su trabajo y, a partir de entonces, no tuvo más remedio que chiflarse por su chapucera charlatenería.
Un original y risueño relato que, deja una enseñanza: NO HABLAR DE MÁS BENEFICIA. Un saludo sincero de Laura Beatriz Chiesa.
ResponderEliminarpobrecita la cucarachita!!!!! me encantó!!
ResponderEliminarque lindo se lo lei a lara y quedo un chiche un becho
ResponderEliminarvivi muy risueño y dicharachero el relato la verdad muy lindo mariana
ResponderEliminarAplauchos pala Miquelarena jaja... te pasaste, querida vivi... muy ingenioso y sabio tu relato con recurso. Aplaudo tu logro e imagino que, en los campos verbales de tu sabiola, ya no tendrás más "ch" :)
ResponderEliminarAbrazote y sin comentarios al dibujito que puso la Graciela (¿epetacular?).
Juanca.
Mil gracias a todos por lo comentarios. Graciela creo que puso la cucaracha más linda que jamás haya visto. Me encanto Gra!!!Gracias!!!Todavía Juanca me quedan algunas palabras chamuscadas en mi cabecha. Muchas gracias a cada uno por estar siempre. Chauchi!!!!
ResponderEliminarDivertido y también para cuidarse de no ser parte de esa especie. Muy lindo Viviana!, agradezco tus comentarios también. Abrazo.
ResponderEliminarQue vida la de la cucaracha, que lleva milenios de existencia, ni el cucacharicida las podrá derrotar y al final continua su existencia. De la misma forma tu imaginación sobrevive y brota con toda la simpleza y dulzura que te caracteriza.
ResponderEliminarTe quiero. Guillermo.
Pd: Menos mal que le sobran patas para no caer, aún chupada y chiflada.