Vanina Belgrano-Loma Negra, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Noviembre de 2009

La agenda del día

Este viaje en crucero ha sido, durante los últimos cincos años, el sueño de Julián.
Todavía falta un buen rato para zarpar a horario (es una de las premisas del Capitán), y todavía Julián no sabe que en el mar lo espera la muerte.
Pasa ese buen rato y a Julián le tiemblan dos bolsos en sus manos repletas, la espera ya no quiere esperar más. Un marinero se acerca al Capitán, esto Julián no lo sabe, y le dice algo mientras le muestra unos papeles.
Entonces el Capitán ordena llamar a Julián (pero lo nombra por su apellido), y una vez que Julián está a su lado, el Capitán le dice que no puede viajar, que lo siente mucho, que debe partir a horario y que faltan algunos sellos de aduana en sus papeles.
Julián baja con su tristeza al muelle. Ahora, los bolsos se le hacen huecos a Julián, como su alma. Sin consuelo, detrás de las lágrimas, los ojos de Julián miran cómo se aleja su sueño pasajero en el barco.
En el mar, en ese mismo momento, la muerte abre su agenda y re- programa su día.