Y SALIÓ LA LUNA SOLERA CASTAÑUELERA NOMÁS...
"Matar dos pájaros de un tiro...".
Refrán popular.
Llevaban, lo que se teoriza en los manuales literarios, una vida acorde a la figura retórica "hipérbaton"; algo así: ellos siempre discutían, siempre discutían ellos, ellos discutían siempre, siempre ellos discutían...
Pero lo de discutir entre ambos veremos, dijo Remos, porque cuando ella tiraba dos gritos con espeluznante tono a la máscara impotente de su marido, éste quedaba mudo y no se animaba a silbar ni el himno nacional.
-Pobre hombre -comentó una vez la vecina Tina Lencina-; lo usa de felpudo y para colmo la que te dije no se saca esos tacos altos ni para bañarse.
Una noche de luna solera castañuelera, tenía que serlo para que sucediera lo que ahora les cuento, él le atajó los gritos a la desaforada mujer, le pegó un par de cachetadas y encendió un cigarrillo. Dos o tres pitadas al hilo y tiró las cenizas sobre la hasta entonces intocable alfombra que trajo la madre de ella al regresar de su viaje a Turquía.
-¿Algún problema, che? Y traeme un café bien cargadito, eh! Dale... -dijo él con cara de león hambriento (bastante bien le salió a pesar de su pelada en ciernes aquella noche del viernes).
-¿Eh? ¡no, amor, no! Para nada... ya ya voy... ¿dos o tres gotitas de edulcorante querés? -dice ella poniendo carita de gorrión resfriado y se terminó lo que se daba.
Gracias por compartir esta historia con el Juanca, querida Alicia... ha sido un gustazo buenote el compartir la ronda.
ResponderEliminarTe pasaste, querida Graciela, con pintura ;) gracias, como siempre te digo... (también a Nélida si ella seleccionó el acompañamiento visual del texto).
Un abrazo para todas ustedes...
Juanca Vecchi.