Trinidad Aparicio-Barcelona, España/Julio de 2010

Carta

Suiza  8 de marzo de 2.010

Querida Ana, la falta de respuesta a tu última carta, puede haberte inducido a imaginar varias  suposiciones,  entre ellas de malos agüeros. Perdón, todo lo contrario como podrás ver tal como vayas leyendo.

Medité mucho tus sabios consejos expuestos en la tuya del 28 de octubre pasado: “Aunque llueva, mírate al espejo y soníe”¿Recuerdas? Sin embargo,  llovió tanto y por varios días seguidos, que mi sonrisa reflejada en el espejo mas bien se asemejaba a una mueca irónica. Pero como bien dicen: “ persevera y triunfarás” cierto día salió el sol, aparecieron los cascabeles y la negligencia  emprendió la retirada.

Por favor querida amiga, no te ofendas al ver desde donde te estoy escribiendo. Sí pensé ir a Mar del Plata a pasar unos días contigo, mas ir a Mar del Plata y no acercarme a Buenos Aires donde hay personas a las que tanto quiero y  mucho agradecimiento les debo,  no me pareció correcto. Para viajar a Buenos Aires donde los recuerdos me llevarían al pasado, aun  no estoy preparada. Temo reavivar heridas que aun no han terminado de cicatrizar.

Como anillo al dedo me llegó una invitación de mi prima: su esposo cumplía 60 años y el plan era organizar una fiesta sorpresa con mucho glamour y un poco de “mafia.” Contaba con  mi presencia. Ni lo consulté con la almohada. Un pasaje aéreo por SWISS destino Zurich y aquí estoy escribiéndote a todo confort y disfrutando de un paisaje de cuento.

 Este fin de semana fuimos  de paseo a las cataratas Schaffhausens, bellas e impresionantes que lindan con Alemania.

Está nevando copiosamente y mañana vuelo de regreso a Barcelona espero que la nieve no impida el normal funcionamiento del aeropuerto.

Desde Suiza, país vestido de  blanco, te saluda cariñosamente tu amiga...

 Clara.