miércoles, 18 de agosto de 2010

Rolando Revagliatti-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2010

Artista


Al principio del proceso de gestación, le ocasionaba inconvenientes diversos a su mamá, tenues y vulgares. El parto fue normal, y en la cama matrimonial de sus papis: borroso don Lacio, ya un provecto, y Catalina. A Andresito lo antecedieron Gustavito, luego el robusto adolescente Gustavo, y Luisita, recibida precozmente de ingeniera civil y con promedio distinguido. Andresito y Gustavito eran rudos entre sí, en tanto con Luisita se mostraban considerados. Andresito era el más serio de los tres. Y el segundo más serio de los cinco. La fiesta acontecida a raíz del vigésimo cumpleaños de Gustavo, se malogró por el síncope que demoliera a don Lacio, más lacio que nunca yaciendo sobre el sofá del living, rodeado por la muchachada. Catalina no tardó en volver a casarse. Y Andresito contrajo hepatitis, en represalia, a modo de amonestación por ese enlace con un anciano entero y pintón. A él no le resultaba sencillo entregarse y disfrutar. Y se martirizaba por nimiedades y desacuerdos con circunstanciales novias o amigas. ¿Avatares?: un par de blenorragias, o bien, borracheras con vino del zorro, o amontillado, o vodka, después de cortes bruscos.
Quiso el destino que a su medio siglo se encamotara nada menos que con una mendiga con parada en Retiro. Y que la sustrajera y la hiciera bañar, y curar de esos estigmas ulcerosos en las piernas. Y la extirpara de las calles ubicándola en un piso donde la ama con fervor encomiable. Y la vista en Gina Buti y la peine en Miguelito Romano. Y la declare su musa redimida, ya que inusitadamente estimulado, escribe y pinta ahora, y la menta y la plasma desde la pluma y el pincel. Es en la Galería de Arte y Poemas Ilustrados Delacroix donde expondrá desde el próximo primero de marzo, fecha de la vernissage con celebridades invitadas, y ágape y prensa, hasta el diecinueve de ese mismo mes.

2 comentarios:

  1. Rolando , es tan prudente y respetuoso , con las palabras como el orfebre con el cincel .
    Leerlo , no es leer a un escritor nada más , es difrutar el máximo respeto por la sílabas .
    Conclusión: sabemos que lo que estamos leyendo , ha tenido el trabajo de horas o días igual que el orfebre con el cincel .
    Por lo tanto siempre espero sus nuevos trabajos ...son para pensarlos acompañados de la emoción.
    Abel Espil

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  2. natalia_sara_48@hotmail.com24 de agosto de 2010, 14:20

    "Se permitió hacer y hacerse un regalo en la vida", es para festejar!!!!!!!!!

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