EPÍLOGO de Marcos Silber para el poemario inédito en soporte papel titulado VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti:
“Condensación del Sentido”
Si la palabra poética es palabra de violencia contra la palabra establecida, entonces la de Revagliatti acude con títulos más que habilitantes a la escena de la POESÍA a la que accede por la puerta ancha. Leo y siento. Acuso recibo de una de las máximas virtudes: me inquieta. Leo y oigo: color, luz, ritmo que me remite -Dios sabe cómo- al RAP. Y de la mejor manera. El trámite sonoro que asiste con logro creativo superando los riesgos de la "tentación ingeniosa". Juego de palabras-siempre-sobre sólidos discernimientos. Musicalidad caprichosa de melodías que atrapan y cursan por ríos de excitante y gozoso fluir. Valentía de rupturas no como acrobacia exhibicionista sino como propuesta de responsable invención. Opera sobre los vocablos con solvencia alquimista. Digo que los toma, los domina, los puede. El toque irónico, la referencia social, el dato histórico, la suerte de la especie como objetivo superior de la preocupación generadora. Destacable la frase acuñada de lo cotidiano anecdótico manejado con lenguaje "callejero". Se interroga y se responde con enumeración en cascada. El lunfardo -hábilmente dosificado- asoma oportuno, enriqueciendo la construcción formal y la esencia de lo conceptual. Lejos -felizmente- de tediosas transcripciones literarias del pensamiento o de la emoción, es una poética de condensación del sentido. Lejos también de toda señalización docente y pontificante.
El trabajo de R.R. ratifica aquello de que la poesía se define más por la lejanía que por las certezas. Nada le dicta consignas a esta obra. Como en todo arte que se respeta, la forma se libera, emana aires emancipadores contra esquemas de asfixia o normativas carcelarias. Se ve genuino, auténtico, creíble. En cuanto a la orientación central y final del texto, nada permite dudar de que se trata de una apuesta ligada a la vida, a la aventura de la gente, a lo mas trascendente de la humana condición. Bienvenido el despropósito, la "desprolijidad" de la actitud que abre, que ilumina, que sacude, que llama a la puerta racional y emocional del salón de la revelación.
Bienvenido lo contestatario, lo rebelde, lo insurrecto que dona originalidad, y dona una otra flamante mirada: la representación del mundo de un nuevo modo, único, singular.
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