IMPÍOS
Señora de esta tarde,
a medida que la luz sucumbe
sobre la alameda,
un chispero de soles
te hurga las pestañas
y aún se inflama en tu cintura.
Soy el señor de la hora última;
el que guarda en su narciso
casta imagen de la hembra
acontecida siempre;
archivada en el racimo
y la simiente, o en el cristal
prosódico del vino,
prima copa del celo refulgente.
Somos dos,
tan sólo un par de impíos,
paganos moradores de la tarde
esperando la noche que acontece.
Indefectible sombra,
lujurioso aquelarre,
hasta el instante mismo en que amanece.
Norberto,
ResponderEliminarHermosas palabras,hermosa poesía
Luis Siburu