VEN
Porque estás acá, entre estas manos florecidas de geranios y magnolias que germinan al tocarte y se vuelven perlas nacaradas con aromas a nardos y a rocíos, pues eres en mi carne la sensación de la caricia colmada de ilusiones, de ansiedades, de amores truncos, y en esas caricias que te hago, florezco, me vuelvo etérea, ágil, niña, adulta, madura, y todo mi cuerpo y mi sexo clama por vos, por un minuto de tu amor, por un instante de tus ojos mirándome, siguiendo las curvas de mi cuerpo que tiembla por el suave roce de esas manos que saben a pétalos de rosas, a lluvias tibias de verano, a brisas de atardeceres, a arcos iris de paz, de tranquilidad, de amores viejos y caricias nuevas.
Todo en mí brota al tenerte, todo en mi te desea, y una furia ciega hace que quiera poseerte y sentir tu volcán explotar dentro de las cuevas de este cuerpo ingenuo que aún cree que puede amar con la libertad con que su alma lo siente y lo desea.
Pero ven, mi amor es tan enorme que nos abarca a los dos. Hoy amémonos, mañana ya será futuro y en él nunca podremos saber lo que sucederá.
Apagá la luz, acá estoy esperándote para que mi cuerpo te demuestre todo lo que te amo y el tuyo lo reconozca, lo sienta, lo ame, lo disfrute, lo goce.
Me gustó mucho esta narrativa
ResponderEliminarLaura
Qué lindo es sentirse destinatario de un texto tan sensible, sensual y cariñoso ... Me agradó leer ...
ResponderEliminarUna china como esa es justo lo que necesita un gaucho que conozco ... (y quizá ella también)