Arrastra una pena tan antigua como secreta
Un fermento que la consume lentamente
Pesadilla y vigilia de aniversario
Siente la opresión de esos cuartos
con aliento a encierro
Martillan las sombras calladas del pasado
Desvelo de noches mustias
Sentada en el sillón de quejosos mimbres
Sumida en su quietud batracia
En la casona en ruinas, desierta y silenciosa
donde todo se ve violáceo y gris
Rememora el fantasma de aquél día,
que espiaba su destino
Cuando las aguas del río revuelto y precipitado
encontraron aquél rostro.
Hola Jose, punzante el drama de la heroína de tu poeia. Me llegó profundo. Felicitaciones y un fuerte abrazo. Trinidad
ResponderEliminarEse rostro que tal vez no quería ver. Profundo tu poema, Josefina.
ResponderEliminarBesossssssss
Josefina: cuánta carga emocional tiene el personaje de tu poema, mientras sigue, hamacándose, en el sillón de mimbre. Un abrazo,
ResponderEliminarpobre rostro tu rostro, sin cuerpo,sin tiempo, solo un recuerdo que se hamaca frente al mar.Lo siento en su tristeza.SALUDOS. NELIDA BEATRIZ HUALDE
ResponderEliminarFuerte, profundo y emotivo. ¡Hermoso. Besos. Nina.
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