A los mineros Chilenos
El ruido del silencio
de la noche dormida,
el eco de la nada
trastocando el sentido.
El cielo tachonado
de estrellas lo cubría
montañas como estatuas,
belleza y universo.
Los hombres de la mina
encubriendo el misterio
de piedras movedizas
cerrando los caminos.
La muerte agazapada
acechando en los huecos,
de la cueva de plomo
a mártires acero.
Pretendiendo en sus fauces
llevarse tanta vida,
de estos seres queridos destruyendo familias.
Cual leones enjaulados
respiran esperanzas
plegarias, y alabanzas,
fue la mano divina.
Que despejó la piedra
Jesús, de los mineros
y esta tierra bendita
que los parió de nuevo.
Alborozado el mundo
los recibe en su lecho
impregnado de gozo
y gran algarabía.
porque están todos vivos
los hermanos mineros,
de ese pueblo con garras,
que es el pueblo Chileno.
Oscar, un poema-homenaje más que merecido. El dolor y la agonía no tienen parangón. Bien logrado, un abrazo,
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