lunes, 20 de diciembre de 2010

Diana Mesterman-Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2010


Pasajero del viento
El amor se mete en los huesos
moldea da forma a la  gloria.
G.Tisocco




Lunas de otoño alteran mi piel
ojos de nácar abrazan su mirada
               (febril dilema)
Anochecido el mar      rostros de ámbar
me dictan en la sombra     -una a una-
las letras de su nombre.
Camino     -ausente de mañanas-
       donde la brisa me lleva.
Atravieso su abrazo enamorado.
Los confines de un continente
acontecen luminosos en el tiempo
-tiempo donde la mirada del amor
                        ya no es disfraz del olvido-
donde su cuerpo     -desnudo entre las letras-
madura fruto abierto al sol
donde su corazón anudado
despliega una retenida dulzura.
Arriban sus palabras tejidas
con finos enlaces de miel y oro.
En cada esquina
                     cada uno de sus pasos
                              se perfila en los contornos
                    y
él aparece       -amante púrpura-
                                fugaz pasajero del viento.

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