domingo, 24 de abril de 2011

Ángel Catalano-Buenos Aires, Argentina/Abril de 2011


ÑE- Ä
            

               No se deberían decir ciertas cosas y ¿Por qué se dicen? Porque se pueden decir –y mientras se pueda- ninguna teoría debería negarse mientras no se logre explicar la que se le opone.
              Lo que sigue, aparentemente no tiene nada que ver – y en el fondo tampoco- empero, decimos que resulta más asequible escribir que leer      –esto sin polemizar- leer no deja rastros visibles como escribir, claro estamos hablando de los que leen en voz baja y del que escribe improvisando, no como escribe Usted ¿Se entiende? Además hemos llegado a comprender que casi todo está escrito, así que lo que podamos plasmar en el papel ahora sólo será  una variante, casi una copia. Por eso no nos gustan los que escriben sobre todos los temas ¡Te escriben todo! Y decimos que es más accesible escribir –que no es fácil- porque uno piensa, imagina, recuerda, y escribe como se le ocurrió, naturalmente luego hay que corregir –y quizá no quede nada de lo escrito- en cambio leer te obliga a pensar, sentir, imaginar, recordar, interpretar, formar imágenes, adivinar, entender y otras cosas más y terminamos con el diccionario en la mano, porque siempre aparecen palabras que desconocemos.
             Hablando del diccionario, lo estamos “leyendo” porque es interesante. Hemos llegado a la página 433 –del que tenemos nosotros- y nos detenemos en la palabra corazón. Viene del Latín Cor –corazón, mediante una forma aumentativa- y empezamos a volar: Ñe-Ä en Guaraní, Coeur en Francés, Cuore en Italiano, Coracao en Portugués, Herat en Inglés, el de la zurda, que le dicen...
             Es el ritmo primero. Al corazón lo ponemos en todos lados. Lo mencionan los novios, los políticos, las amas de casa, los poetas. En conclusión, la lista es interminable.
             Unos dicen que es el motor central de la circulación, un órgano muscular contráctil y hueco situado en medio de la cavidad toráxica: definición material del tema y espiritualmente, cuántas cosas le endilgamos: “ser insensible” “no tener uno corazón” y otras veces lo endiosamos: “mover su ánimo para el bien” “tener mucho corazón” “su corazón inclinado a la piedad y la compasión” –lo importante sería que siempre hubiera un corazón relacionado con el apremio de un desamparado- ¿Y el amor? ¡Siempre el amor! En todas partes y en todos los seres ¿Quién puede negarlo?
               Nos seduce contarles que un palomo le picaba el pico a una paloma, que se dejaba picar, era en un parque, una mañana soleada, Otoño era el tiempo, caminábamos cargando una montaña de tareas que debíamos realizar, sin embargo nos detuvimos observando la escena ¡Hasta recién...!
Ángel Catalano

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