lunes, 21 de noviembre de 2011

Nora Coria-Buenos Aires, Argentina/Noviembre de 2011

DECIDE TU NOMBRE  
Dedicado a  Atahualpa Martínez Vinaya,
estudiante del último año de secundaria,
 asesinado en 2008.



Concibe el horror aunque no te sea propio.
Piensa en el horror y no te desvanezcas.
Imagina sin temor al asesino, o aviva tu memoria si lo has visto.
Siéntete hermano, madre y padre del inocente que añoran.
Extraña como amante o como hijo sus abrazos y sus juegos.
Evoca sus sueños y sus risas como lo hace un amigo.
¿Prefieres ser por un momento, él inocente muerto?
¡Decide tu nombre, entonces! Todos son un mismo signo.
Sé Carlos o Pablo;  Marisa, Miguel, o Luciano...
Todos ellos jóvenes hilando ilusiones.
Yo elijo ser “Ata”, Atahualpa, el de Viedma,
de sangre Mapuche unida a la Aymara.
Aún muerto por la espalda, yo sigo entre el pueblo.
Siento manos juntas hechas corazones.
Buscan las verdades que otros mal silencian.
Van con dignidad a arrancar las vendas
que cubren los ojos en los tribunales,
y a cargar con fuerza sobre la balanza
a todas las víctimas que esperan justicia.
Tenemos un nombre, familia y amigos…
Conmigo andan Diana, Eduardo, Belén,
y el profesor Fuentealba...
¿Cómo hablar por todos y encontrar palabras?
¡Ay, Pachamama, kusilla, kusilla! [1]
Me decían Ata, yo soy el de Viedma.
Atahualpa, dicen, se pone por nombre
al que llega de lejos, para contar algo...
En voz de poeta yo rompo el silencio.
Sé que no estoy solo, y que sembré confianza;
muchos la cultivan. Sé que hay esperanza.
¡Jallalla! ¡Jallalla! [2]                                                    


[1] ¡Ay, Madre Tierra, ayúdame, ayúdame!
[2] Expresión de esperanza y agradecimiento, también festejo en hermandad  (similar a ¡Viva!)

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