lunes, 21 de noviembre de 2011

Maria Pilar Gonzalo Vidao- Zaragoza, España/Noviembre de 2011

YA NO ESTÁS SOLO

No tengo fuerzas para continuar, déjame morir aquí mismo…

Donde los acantilados se pierden entre mil tormentas,

donde mis brazos inertes son arrastrados por soldados encanecidos de espuma.

Las brumas violetas enjoyan las rejas del mar con brillos transparentes,

los jardines de gorgonias me esperan serpenteantes

danzando en perfecta armonía.


Es hora de regresar…


Acuéstame en tu arrullo de silencios contenidos,

no permitas que nadie, salvo tú, vea mis cabellos despeinados.

Caliéntame las manos en tu corazón de sílice,

antes de que las dunas lo borren para siempre.


No consigo ver entre la niebla que puebla mi noche…


He permanecido demasiado tiempo en el mundo de los vivos,

soy un pedazo de carne hundido entre los pliegues de tu cuerpo

donde los gusanos excavan túneles de putrefacción,

tú y yo nunca fuimos nosotros

solo un nudo transitorio corrompido por el miedo.



Si al abrir los ojos, la noche no te devuelve los destellos,

no temas, no estás solo, es la inmensidad que rodea tu despertar…

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