martes, 31 de enero de 2012

Abel Espil-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2012


LA HORMIGA PERDIDA


"Era la última hormiga de la caravana y no pudo seguir la ruta de sus compañeras". Quedó como ausente .Perdida. Por primera vez tomaban ese camino. Se distrajo observando un vaso fino y alto. Pensó que era el momento de vivir su vida .Se sentía independiente y con un poco de hambre . En la mesa, encontró pequeñas y ricas migas de pan blanco . Estaba tranquila . Él continuaba ahí . Si le llegaba arriba, pero muy arriba, podría ver al mundo de distinta manera. Claro que se olvido lo principal. Había instantes en que lo veía apoyado en la mesa, y en otros momentos era llenado con un líquido oscuro , que el señor grande   llevaba a sus labios.
Ella, observó. Acaso no era una hormiga. No son populares por su trabajo y paciencia . Ella , decidió tenerla. 
En corto tiempo, se dio cuenta que era mayor el tiempo en que el vaso estaba en la mesa , que en la boca del grandote. Se acercó, comenzó a subirlo, pero patinaba y descendía. Lo intentó muchas veces , fallando en todas. ¿ que hacer ?
La tentación era muy importante.
No había comido todas las migajas . Se las fue acercando y montando una sobre otra . Se daba cuenta que le quedaba poco tiempo. Llegó ¡ al fin ! : y todo lo veía muy distinto .
Duró poco la felicidad . Una mano enorme y con muchos dedos levantó el vaso fino y alto .
Otra mano, la tomó de su espalda, colocándola en la pequeña mesa .
Se escuchó una fuerte risa acompañado por un puñetazo .

4 comentarios:

  1. Abel: ¡Qué cuento loco! Te felicito por incursionar en este tipo de narrativa no convencional. Un abrazo. Marcos.

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  2. De sabios y de locos todos tenemos un poco. Me encantó tu cuento, se lleva por delante todos los convencionalismos. Felicitaciones y un beso de Alicia Cora.

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  3. Yo pienso que escribir es como lo que le acontece a tu hormiga. Explorar otros mundos, tener paciencia y, sobre todo, dejar salir la imaginación.
    Y aflora un cuento que de tan disparatado es hermoso, distinto y a la vez real.
    Marta Susana Díaz

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  4. Abel: un cuento distinto, risueño, con una protagonista pequeña pero con "algo" especial. Distintas visiones del hombre y lo que lo rodea. Un abrazo,

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