lunes, 19 de marzo de 2012

Ana María Cerutti-Provincia de San Juan, Argentina/Marzo de 2012


PERPETUIDAD

Allí estábamos los dos, despojados de todo pudor,
ante semejante majestuosidad, nuestro Amor.
Desnudas las almas, desnudas los cuerpos,
fusionados el uno con el otro.
Nuestras manos se entrelazaban,
así como las enredaderas, así como
las serpientes en sus nidos,
así como el amor  de los grandes enamorados… Nosotros…

Allí nos encontrábamos, el afecto fluía del uno hacia el otro,
cual  energía cósmica penetrando profundo,
haciendo de nuestras ánimas
indefensas ante tanta excelencia de genuino Amor,
una transparente zona de riesgo por el temor a
perder semejante caldera de sentimientos.

Allí, en donde se terminan nuestros límites,
allí se perdían los mismos, sin encontrase mas.
Allí en ese mismo lugar,
en donde la nada se convierte en el todo,
allí es en donde
nos reconocimos, nos palpamos y amamos
hasta que el descontrol nos volatilizó
en una sola luz, acoplándonos hacia lo perpetuo.
Allí en donde la moda, los souvenir,
los buenos modales… allí, justo allí,
allí estábamos los dos,
destilando fluidos por nuestros
 cuerpos que ya eran etéreos.

Cuánto nos cortejamos, nos cuidamos… nos apreciamos…
Cuántas formas diferentes de Amor…
Cuando estábamos allí, cuando estamos aquí y allá.
Somos almas gemelas que libres como el céfiro,
vuelan juntas, sin importar hacia adonde van,
Pero juntas, abrigando este afecto incontrolable.
Allí… allí estábamos los dos… y estaremos siempre…

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