APRENDIZAJE
Entonces,
dime...
¿Alguna vez te
aprendiste mi espalda?
¿Caminaste a
paso firme los adoquines de mi columna
deslizando tu
cuerpo por sus lomas de huesos curvos
lamiendo - de
paso - la textura leve de mis pecas
y el quiebre
altivo de mi cintura?
¿Sellaste con
tus labios al final del recorrido
la hondonada tibia donde se guarece
la última
vértebra de la serpiente?
Y si no lo haz
hecho...
¿Cómo puedes
saber
quién es la que
duerme a tu lado?
Hermoso Amanda, muy original
ResponderEliminarLuis
Luissiburu@hotmail.com
Gracias por tu comentario, Luis.
ResponderEliminarAprovecho a agradecer también a LITERARTE por acogerme en su interesantísimo espacio.
Saludos fraternos desde Chile!
Breve y hermoso, sublime, lleno de verdad y de belleza.
ResponderEliminarEl solo hecho de saber que es un poema de Amanda Espejo me hace considerarlo como algo precioso, como una pieza fina de joyería, como filigrana, como pintura delicada, pero de un claroscuro tremendo y colores apasionados.
Un saludo afectuoso desde la Ciudad de México.
Amanda me encantó tu poema!!!!!!
ResponderEliminarMuy bueno, un placer leerte!!!
Beso Josefina Fidalgo