Te pienso,
entre arenas movedizas
y cabizbajas muecas renegridas…
Todavía amanezco
con alegría rota en los bolsillos
y te alejas a paso firme
con huella de simiente fresca,
mientras sangro como sangra
una espina en la arteria.
Rezo a través de lágrimas muertas
y mendigo ausente pisadas soleadas,
ninguna respuesta cristalina,
ninguna serena pradera goza venturosa
ni venturosos gozos se murmuran.
Y tu sombra,
diario de silentes orlas
en la podrida luz del día,
y en la noche clara
penitentes mentiras sin honra.
Hoy el amor es un burdel de mapas tristes
en una corte de inciertas aguas,
mientras siento frío en mis labios
labios dementes de oscuridad que matan.
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