CHE ¿PARA QUIÉN
ESCRIBÍS?
_Vos sabés que
cuando el hombre comienza a ver hacia donde va, sueña y aspira cosas –la más
deseada es la felicidad- alcanza algunas...
_Ché ¿Para quién
escribís?
_Para mí.
_ ¿Cómo para
vos, no queres vender?
_Si quisiera debería
escribir sobre traiciones, el odio, la guerra, la muerte ¿Creés que no se
hacerlo? Es lo más fácil sin embargo no me seduce. Voy por otras veredas o por
lo menos lo intento. Procuro adornar los labios con una sonrisa y acariciar a
los demás en lo posible, con una palabra alentadora, parece que eso no vende.
_Pero eso es
difícil.
_ ¿Que es
difícil? Vaya si lo es... a lo mejor soy de los que esconden las penas los
dolores, las angustias...la angustia, ese estado horrible que vive proyectado
hacia ninguna parte. Impresión causada por un sinnúmero de circunstancias y
acompañada de un intenso sufrimiento. Esto, nos hace reflexionar desde nuestra condición
de ignaro –que naturalmente nos descalifica- y hablamos por lo que nos parece,
no por lo que sabemos y nos atrevemos a insinuar esa medicina que sirve para
suavizar la angustia: sonreír, divertirse, reír más y más.
¿Qué hay hechos,
sucesos, conflictos, temas que nos superan y nos angustian? ¡Y sí! Quien puede
negarlo, empero deben haber muchos caminos para superarlos, a nosotros sólo se
nos ocurre este
–probemos- divertirse,
reír...y... ¿De qué? Se preguntarán... ¡De todo! Pensemos, escribamos nuestro
propio sainete ¿de donde sacar los personajes? Pues de ahí, de la calle
¡abundan! ¡Todos somos personajes! Algunos más, otros menos, sin embargo nadie
se salva.
_ ¿Y el que no
escribe?
_ Que lea a
“Mafalda”, el reír produce endorfina, dicen, y ese elemento tiene la cualidad
de provocar...sobre esto es mejor que le pregunten a alguien que sepa...
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