VIRGIN ISLANDS / TÉ CLÁSICO
A Mirna Figueredo Silva
No es
sabor de té en los labios de Marcel Proust
o el
aroma en la memoria
Los
feroces chocolates de un día
las
tiendas imposibles de importar
o
frutas que ya no existen
Es un
Virgin Islands a las tres de la tarde
jarra
azul de porcelana
Mirar
el país desde un cuarto piso
notar
que no estás
Paladeo
el amargor que sube
que se
extiende por la sala y los libros
Se
dibujan cruces en el cielo
tal
vez llueva como Dios manda me digo
Virgen
Islands té clásico para recordarte.
¡Ah, Reynaldo! Virgin Island y Mirna, que inefable combinación en esa tarde de Proust y amargor entre los libros. Encantador poema.
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