Mariposas
Negras
Ojos, boca, cabellos,
abismo sin profundidad.
Alucinación, cuerpo,
mapa geográfico
piel a través de luz negra.
Vislumbro manchas, cicatrices,
lunares,
en el filo de una piedra.
Afuera pasan mujeres,
damas sensibles, intensas,
amortiguan al hombre.
Ebanistería dura, hiriente y
enemiga.
Las mujeres
no esconden sus pechos
metálicos,
devienen en cadencioso andar;
son amantes exquisitas
temerosas de perder el talle
cuando ensanchen sus caderas.
Los visillos se traslucen,
senos menguan alimentando
peces.
Danzaré en rededor de la hoguera,
polvo negro de alas de
mariposas incendiadas.
Disciplina diaria
ejercicio vibrante, abrasador…
el sueño no libra horridas
pesadillas.
¿Dónde quedaron los juguetes
de mi infancia?
Sueños predichos en un libro,
se trasformaron
en mariposas negras,
sombras
me persiguen.
Temo ser alcanzado sin tregua;
¡Indecible tormento!
Regresan las mariposas negras,
vuelan con ritmo tras de mí
dejan olor rancio.
El cabello se destiñe.
¿Será un momento mágico
en una mansión inconclusa
sin cristales ni ventanas?
¿La historia de un amor
desesperado?,
la noche vendrá,
seremos interrogados por el
amor
antes de tocar el Delfi.
(ombligo)
Incoemos ésta dichosa palabra:
Noche, mar de silencio
con claras devociones,
faro del espíritu,
traslucidas ondas suaves.
Se oscurece la mirada;
veo, leo la ciudad
no pierdo el tiempo,
la melancolía adora el
desaliento
de lo que el alma pudo hacer.
Sin la grata penumbra que
concede el ave del crepúsculo
a quienes vivimos adorándolo
siempre…
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