RICARDO
ROBERTO GONZÁLEZ
Título: Casa isleña
Técnica : acrílico a pincel
Medida:
50x60
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FRENESÍ
NOCTURNO
Un piano blanco
suena en el ángulo del bar
suena en el ángulo del bar
Junto
a la barra
una muchacha trigueña
sentada en la alta banqueta
con su roja falda de raso levantada
guarda un
pañuelo perfumado
en las suaves tibiezas del escote
junto a su corazón de azúcar
Una canción
asciende
sobre el espiral
de humo
que brota de su cigarrillo
Sobre la noche vacía de costumbre
una luz agoniza entre los dedos
La copa
espera ser llenada
alguien levanta la capa de su risa
Música que duele
Voces que queman
Dudas que arañan
Cantan las penas
Cantan las penas
Alientos se mezclan
Manos que buscan
El aire la
respira
La noche la contiene
la miel amarga de la noche hueca.
NOCHE CONFUSA
Sombras
deformes, fantasmales
en la bruma nocturna.
Como un
estilizado emperador
con suficiente descaro sonámbulo
y
frágil desvario vertebrado
busca la calle.
El
solemne esqueleto
de mentón napoleónico
calza
botas de cocodrilo
y a largos pasos
se aleja de su habitáculo.
se aleja de su habitáculo.
deambula desafiante
en su
recorrida cuadrilátera.
Sube las escalinatas en tres zancadas
como un raro equilibrista
como un raro equilibrista
Penetra en el viejo museo
allí, donde retumba
allí, donde retumba
el témpano del silencio.
Se
encasqueta su sombrero bicorne.
Trepa de un salto
al lomo del
paciente Marengo
y se acomoda en su pose
altiva
e indiferente,
tras la gran vitrina
sin cremallera.
El cuidador
Juan, el viejo
flaco y áspero, suele estar de mal humor y cuando habla, lo hace a los gritos. Hace muchos años que está al cuidado de la
antigua y sombría casona de Villa La
Delfina, en un valle
atrás de las montañas.
La
vivienda está revestida
por fuera con una tupida hiedra, que la hace más aislada, más misteriosa . En la gran sala de
estar, se destaca un piano de cola negro y dos sillones canapé de pana roja, todo
cubierto con sábanas blancas. En las paredes,
grandes retratos de rostros adustos de miradas penetrantes.
La larga
entrada de ese paraje solitario,
tiene plantado a ambos lados y en linea recta
dos filas de casuarinas. En otoño se amarronan. Por algo le dicen el árbol de la tristeza.
Los dueños
se fueron a vivir a un país vecino y nunca regresaron, ni se supo nada de ellos,
tampoco vino ningún familiar a ocuparse
o interesarse por la casa.
El viejo
dientudo con naríz de tucán y mentón
adelantado, baja cada tanto al pueblo, para comprar algunos víveres y se queda
hasta el atardecer. Ese día se pone otro sombrero y las botas más nuevas.
Suele
contarle al cantinero y a los parroquianos que juegan a las cartas, algunas
cosas raras que pasan allá arriba en la montaña. Arruga la frente antes de empezar a hablar
de un pájaro extraño, que aparece chillando siempre a la noche delante de la casa y vuela del
níspero al olivo y del olivo al níspero.
¨Tiene cara de mujer y cuerpo y
mirada de lechuza, dice el viejo, -¨cuando lo miro, esconde la cara entre las plumas, revolotea y
ríe sarcásticamente¨
Cuenta que
una noche de luna llena, le disparó con una escopeta, pero el pajarraco se metió en la casa y se
perdió tras la puerta, por la que había
entrado.
Dice que es una hechicera convertida en pájaro, porque esa
misma noche, él había salido a mirar los
árboles y escuchó que el pajarraco le gritaba.¨
No me busques, no me
busques!!! Porque me vas a
encontrar!!!¨ y se reía provocándome y
burlándose!!!, ¨ dice el viejo, ¨- y le tiré con la petaca que tenía en la
mano¨. Ellos saben que el viejo se enginebra
desde temprano, pero a la vez sienten cierta curiosidad, porque
también piensan que los borrachos no mienten.
Una mañana tormentosa de invierno los
arrieros que vadeaban
con sus mulas cargadas, encontraron un cuerpo flotando boca abajo, en
las aguas del Río Manso.
Al darlo
vuelta, vieron que era el viejo de la
casona. Tenía toda la cara tan
lastimada, como si hubiera muerto a
picotazos.
Gracias Ricardo por compartir tu hermosa pintura.
ResponderEliminarUn abrazo Josefina
Buenisimo!!! Negri
ResponderEliminar¿Con cual me quedo? Estás en los tres.
ResponderEliminarTus trabajos son muy creativos e ingeniosos. Me gustaron mucho.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Cariños, Diana.
Tus trabajos son muy creativos e ingeniosos. Me gustaron mucho.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Cariños, Diana.
Tus trabajos son muy creativos e ingeniosos. Me gustaron mucho.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Cariños, Diana.
Disculpa, sin querer hice más de un click... se vé que me gustaron demasiado.. jaja
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