Reflexiones de Rubén Vedovaldi, desde
Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe, la Argentina, a propósito de seis
textos del poemario “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo” de Rolando
Revagliatti.
*
“No es exactamente el
amor lo que es ciego:
es más bien
exactamente lo que no es el amor
lo que es ciego.”
Lo más difícil para el artista es pincharle al vox pópuli
un lugar común. El lector está tan acostumbrado a oír que el amor es ciego y a
repetir que el amor es ciego, que ante alguien que le da vuelta completamente
el concepto, lo primero que siente es rechazo. La gente quiere seguir creyendo
que sabe lo que repite de memoria acríticamente. La sociedad sigue condenando a
muerte a Sócrates por su intento de pensar y hacernos pensar que, tal vez, nada
sea lo que creemos de memoria. Pero aquí vuelve a brillar la verdad originaria
que no pudo matar el lugar común repetido por siglos. Lo ciego es justamente lo
que no es amor. Lo digo aunque me cueste mucho aceptarlo, porque implica
aceptar que yo soy ciego. He estado en pareja desde 1994 hasta el 2002 y no he
amado. ¿Cómo se puede no amar? No lo sé, pero una noche ella abrió los
ojos y se dio cuenta de que no nos amábamos y se fue. No la perdí entonces, la
perdí cuando la tuve y no la amé; la perdí y me perdí cuando la tuve y no
la vi.
*
“A mi propio modo
marcho
hacia la
consistencia.”
Este epigrama o aforismo resume lo que Frank Sinatra
cantaba en “On my way” = A MI MANERA. Aunque, si el que habla aquí es el Yo del
hombre coincidentemente con el yo del autor, habría que recordarle que
toda consistencia es fugaz ilusión y en verdad el yo, como la democracia o como
cualquier institución humana, llega con mucho esfuerzo a consistir por un
tiempo y después vuelve dialécticamente a suceder la dispersión, la
inconsistencia, la disolución de lo que consistió. Consisto, luego se pudre
todo. Consisto hasta que la pulsión de muerte apaga mi lamparita y me manda a
regar rabanitos desde abajo en la quinta del Ñato, me manda a consistir en
ceniza que se lleva el viento.
*
“Cuando mi esposa
huyó con el Diablo
supe que un Dios
existía.”
El Diablo es, gracias a Dios o
gracias a sí mismo, una manifestación de deseo.
*
“¿Cómo se abren
los hombres?:
con dificultad.”
Esta idea de abrirse los hombres con
dificultad, generaliza lo que más arriba sostiene el hablante poético al
particularizar en el sentido de consistir a su modo. Consistimos y / o nos
abrimos con dificultad. Nuestro modo, nuestro modus vivendi, es el modo que las
dificultades más que nuestras facilidades, nos imponen.
*
“Estamos ganando
nuestra mayor derrota:
el incuestionable
triunfo sobre la Naturaleza.”
Otra vez aquí, como antes en el tema
de si el amor es o no es ciego, se refuta un prejuicio o preconcepto muy
enquistado en nuestra cultura, aunque en este caso no desde el saber popular o
vulgar, sino desde la filosofía positivista y la ciencia moderna, dominar la
Naturaleza. La idea errónea tal vez haya que retrotraerla al libro primero de
Moisés, donde dice que Jehová mandó al hombre a señorear sobre lo creado, vos
sos el patrón y soto de este jardín, pibe, hacete cargo. El primer conflicto
con la Naturaleza es el que tiene la mujer con la serpiente cuando Dios o la
culpa por morder el fruto le grita: Qué mierda hiciste, boluda, ahora vas a
ver, pondré a tu especie como enemiga de la especie de las serpientes para
siempre. Tal vez allí comienza el esquema vencedores / vencidos. Matar y
ser inmortal como antítesis, como si pudiera el hombre inmortalizarse matando.
Hoy hasta los presidentes reunidos en asamblea general de naciones unidas
tienen que reconocer el "cambio climático", que es como llaman
oficialmente a nuestro triunfo-derrota sobre la Naturaleza. Cuando en verdad,
cuanto más quiero conquistar a la mujer más me derroto y la pierdo, y cuanto
mas quiero conquistar al Nuevo Mundo más lo hecho a perder y me derroto a mí
mismo. Hoy nadie podría cantarse a sí mismo y a todo lo que nos rodea con
aquel optimismo triunfal de un Walt Whitman. Antes que muriera el Dios en boca
de Zaratustra, ya había sido derrotado el hombre como un animal cultural
escindido de y enfrentado a lo Natural.
*
“De jovencita
naufragó en la
desdicha
Y aún persiste.”
La desdicha produce más
acostumbramiento que la felicidad liberadora.
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