OTOÑO
A la vuelta del sol
distraemos almanaques,
crujimos sombras y perfumes,
redimimos coordenadas.
De pronto,
hoja ráfaga
pisada,
se agitan bailes ocres.
Giran síncopas al sesgo,
giran entretonos y suspiros.
A despecho de Pitágoras,
el equinoccio
interpreta su propia
sinfonía
y desciende
sobre la mitad del mundo.
Gracias mil por incluir mis poemas en tu revista, Graciela. La publicación es impecable y la ilustración es bellísima. Un beso.
ResponderEliminarEs interesante esta mirada que nos lleva a un plano más abarcativo, fuera de lo terrenal. Saludos. Malala
ResponderEliminarMe parece muy acertada y oportuna la alusión a la armonía de las esferas.
ResponderEliminarERAI.
Lina, qué linda visión !!! Me encantó el poema .
ResponderEliminarGracias por tu comentario.