EL VINO
Hacía meses que no llovía y la tierra se colaba sin permiso en los ojos, la nariz y la garganta de los parroquianos.
Ellos están por dinero. El trabajo en la vendimia, cara al sol, convierte a los hombres en rostros
avejentados y a las mujeres les genera pieles ásperas y duras, Sus cuerpos ruegan por un poco de frío y algo de lluvia,
Sus almas solicitan una paga que los convierta en seres dignos.
La vendimia, continúa sin dar permiso para expresar el cansancio.
Si hay uno que la deja por distintas razones, hay dos que se postulan. Los patrones todo lo saben.
Una de las mujeres más jóvenes, llamada Gralex, deja a sus tres hijos pequeños al cuidado de su hermana mayor, en todo el periodo que dura el trabajo de la vendimia.
Ella vive en Resistencia y --al no tener hombre que los mantenga-- sabe que el trabajo es por unos meses y la paga es segura.
El ardiente sol mendocino, la obliga a padecer por su piel muy blanca y por su rostro con lunares-
Es descendientes de polacos y su esposo era checoslovaco. En una horrible contienda de borrachos,
falleció teniendo 29 años. Un largo y grueso cuchillo atravesó sus tripas, fue tirado a la calle de tierra cercana a su casa, dejándolo que en la noche se desangrara.
Cada uno de ellos. vienen al trabajo, transportando duras y penosas historias.
El alcohol les tapa sus dolores de manos , de piernas y a ellas el mascar coca les permite soportar
el sufrimiento de sus cuerpos.
La mayoría de las mujeres como de los hombres son norteños.
La vendimia está llegando a su fin.
Hoy tampoco llueve, pero eso ya no importa.
Brutal, descarnado y con una carga de reclamo que impacta. Me encantó Abel, besos de Alicia
ResponderEliminarduro,pero realista....sabes captar el momento.. Jorge paracca¡ de palermo
ResponderEliminarMuy descriptivo. Me gustó su realismo.
ResponderEliminarEs como tener en la boca tierra seca y la piel en carne viva.
ResponderEliminarUn abrazo
Abel, es muy duro pero real. A algunos les abrirá los ojos sobre lo que es la explotación.
ResponderEliminarRubén Bozzo
Abel, has traido al hoy, experiencias laborales de siempre, de los llamados trabajadores golondrinas. Una realidad muy bien reflejada. Un abrazo,
ResponderEliminar