jueves, 23 de octubre de 2014

Carmen Amaralis Vega Olivencia-Octubre de 2014


Te quiero ángel

Cómo pretendes que te comprenda.
Solo dices palabras necias.
Solo miras la forma de mi cuerpo
No el fondo.
Ese fondo en carne viva, espíritu vivo.
El alma está gritando y no escuchas,
sátiro enardecido.
No escuchas la lágrima que rueda por el cristal de la pureza.
Y quedan mis valles esperando el bullicio de la vida,
Y las venas con sangre hirviendo,
Mientras se me pueblan los ojos de tristeza,
Suplicando me entiendas.
Perdóname por quererte así.
Revoloteando entre tus ganas
y mis deseos de entenderte.
De entender lo que me pasa cuando estoy contigo.
Ese temblor de la luz que me nubla,
Ese frío sobre los pétalos en mis manos,
Y un triste suspiro de impotencia que se escapa
Cuando quiero asirte a mi cintura
Sin que la carne me reclame
Y brille la lujuria en tu mirada.
Te quiero puro,
Pero sé que ángel no eres.

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