lunes, 20 de octubre de 2014

Marcos Aguilar-Octubre de 2014

Como cada domingo

A mi Silencio de siempre


Como cada domingo en su mañana,
nos vimos en el parque, el templo, la botica y el mercado.

Sabiéndonos ajenos,
escondimos los suspiros,
y sólo nos  gritamos amor con las miradas.


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