MUERTE
DEL CHACHO PEÑALOZA
De su costado emana grave herida,
allá en el Tala, presa de una lanza.
Al héroe una batalla no le alcanza
para lograr la muerte merecida.
Quizás porque la guerra nos espanta,
toda victoria aguarda su derrota.
La misma sangre que del pecho brota,
mañana brotará de su garganta.
En el mes de Noviembre, el día doce,
Yo, el comandante D. Ricardo Vera,
bajo una lluvia sórdida y copiosa,
con cinco de mis hombres más
feroces,
llevamos adelante la manera,
de ajusticiar al Chacho Peñaloza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario