Repaso
de angosturas
De la luminosa cuna a la oscura tumba se desvivió
buscando una clave al dolor ajeno.
No le importaba el propio, ese no contaba.
Contaban los estómagos vacíos
de pan o de caricias,
Las lacras y las llagas de esperanzas.
Voló lejos, el universo le regaló mil alas,
Y llegó lejos, muy lejos,
a las tundras del desierto,
a los glaciales del sur,
al mar salado de la muerte.
Compartió su vida con aborígenes, esquimales y
negros.
Divisó con sus ojos agudos los valles y las
cumbres.
Caminó pasillos largos, muy largos,
Pasillos de inciertos destinos,
de pocas esperanzas.
Fabricó ilusiones con retazos de la piel cansada,
sintió brillar la luz de la esperanza.
Luego de transitar por caminos tortuosos
llegó al limbo donde se almacenan los recuerdos,
los repasa.
La tristeza invade su alma.
Se da cuenta de la miel amarga,
detecta la angostura que abunda en los
umbrales
de los que aún viven dormidos de abundancias.
Florecida de amor
A veces pienso que el beso que me tiembla en la
mirada
Se pierde derramado por tu vientre,
Se desliza con el miedo de perderse
sobre cumbres sedientas de pasión.
No lo has de entender,
Nunca lo has de entender.
Mi corazón sabe que en el mundo
A nadie más deseo amar.
Tiemblan mis manos llenas de caricias nuevas
deseando hacer un arcoíris sobre tu vida.
Y me quedo esperando el momento
de cubrirte de delirios el cuerpo
sin que lloren mis ojos
y se desborde el amor que te tengo.
Es que te amo tanto que solo tengo anhelos
de retoñar mi piel en flores.
Ardo en la loca tentación
De derramarme en pétalos sobre ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario