Angélica
Angélica
y su luz convulsa
detrás de la belleza.
Angélica
y su gracia
tatuando los espíritus.
Angélica
y su reino
borracha de inocencia.
Y cuando el tiempo
haga estragos en sus manos,
cuando se desvanezca su sueño de muñecas;
cuando conciba el hondo grito de la
oscuridad
y su otro sol sin
esperanza,
cuando le llegue el desencanto gris
de todo lo que ha sido una ilusión
en esta tierra
devastada;
cuando inaugure su batalla de cristales
rotos
contra los dueños del viento,
cuando no tenga otra opción
que incorporarse a la sabiduría
silenciosa
de las piedras;
cuando el portal pacífico de la vejez
quizá la vuelva prisionera
acaso entonces,
más que nunca,
el incorpóreo,
el cálido esplendor
de Angélica.
1º Premio, 5º Certamen internacional de Poesía Ediciones Literarte, año 2014
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