sábado, 20 de junio de 2015

Alberto Espinoza-Argentina/Junio de 2015



Loco



Pelo largo sin cuidado
con la barba haciendo juego
una piltrafa su atuendo
y la mirada perdida,
tan solo una zapatilla
sin rumbo su caminata
“es el loco de la cuadra”
lo bautizó una vecina.

Apareció, no se que día
saludando al que se cruza
y la gente se apresura
por evitar el contacto,
con el saludo colgado
sonriendo sigue su andar
conversando en la intimidad
él mismo va contestando.

De su vida han comentado
mil historias sin sentido
que una fortuna ha perdido
que fue un marido engañado,
que un virus lo ha infectado
que un fuerte golpe recibió
también dicen que así nació
y escapo de un internado.

En la esquina queda parado
observando a la luna
confirmando la locura
a las estrellas ha llorado,
algún dolor recordando
pero al rato esta riendo
y solito repitiendo
que el sol sigue alumbrando.

Para mí que fue salvado
de vivir en este mundo
entre egoísmos e insultos
preocupaciones y guerras,
se ahorra más de una pena
al continuar su camino
ajeno, a nuestro ritmo
a él la vida lo espera.



El tiempo lo recupera
con su reloj sin agujas
ya no le teme a las dudas
y lo cierto no le afecta,
tiene una vida perfecta
en almanaques sin días
si es verdad o si es mentira
no le daña lo que piensan.

Creo que en su demencia
esta conciente su virtud
no vive en la esclavitud
de deudos y obligaciones,
como un niño se trasluce
no discrimina ni hiere
ni llora si no lo tiene
viviendo sin restricciones.

Encerrado en mil prisiones
con rejas de la ignorancia
declarado una desgracia
por la propia indiferencia,
esta libre de conciencia
y a la vez protegido
de terminar sometido
a sufrir nuestra demencia.

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