sábado, 18 de julio de 2015

Alberto Espinoza-Argentina/Julio de 2015



Envidioso

Madrugado y en ayunas
Como res al matadero,
Cabizbajo me dirijo
Al trabajo a paso lento.
Veo alguien en la vereda
Acostado en el cemento,
Pobre hombre, me afligía,
Como sufrirá por dentro,
Al no tener un trabajo
Ni el resguardo de un techo.
No le afecta el valor del dólar
Ni la mora de algún impuesto,
Que la luz, el gas, teléfono
O una carta documento
Exigiendo la cuota al día
Y los intereses del crédito.
Los reclamos de la señora
Porque no alcanzara el sueldo,
Las zapatillas del nene,
Que su cumple no recuerdo,
Que tu hijo en el cole
Se ha sacado otro cero
Una suegra que reprocha
Que a la hija no merezco.
Los domingos en familia,
Discutiendo con el suegro
Que Pele, que Maradona;
Que veni que te peleo.
Entonces detengo mi marcha
Y recapacito un momento,
Que él vive mejor la vida
Ahí acostado en el cemento,
Sin quilombos culinarios
Ni problemas de dinero,
Así que, tire el bolsito
Y ahora sé lo que prefiero;
Hágame un lugarcito
Lo acompaño compañero.

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