Acogida
con
fondo de remordimiento
Nos tomamos un
té. Sentados en la terraza miramos esta ciudad que todavía nos sorprende, este
blanco conglomerado arquitectónico que nos sigue maravillando. Este cielo azul
brillante. El mar. Que nos trae a la cabeza la imagen de una flor de vertiginoso centro y pétalos imprecisables.
No podemos retornar al país hasta que caiga el régimen. Quizás nos haga bien el aislamiento.¿Serán
estos cielos surcados por pájaros? No
podemos volver. Parece difícil dadas las circunstancias. No
es culpa nuestra sin embargo. Hicimos lo que
pudimos, lo que nos dejaron hacer. Y aquí estamos.
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