TERESA, LA DEL FONDO
( Minicuento)
Resulta
que era medianoche.
Yo
estaba sola, somnolienta, y llena de miedo, en el sillón del living, con pereza
para levantarme y caminar trece pasos hasta mi cama.
Goteaba
la canilla del baño y el sonido me estaba volviendo loca.
Lo que
más deseaba en ese momento era ajustar la maldita canilla y dormir, dormir,
para olvidar a Teresa, la del fondo.
Deseaba
también beber un vaso de ese vino tan fuerte que en segundos me borraba la
vida.
Pero no
ajusté la canilla, no me fui a dormir, no olvidé a Teresa, la del fondo, ni
bebí el vino. Me quedé allí, acurrucada, esperando.
En esa
cita con el miedo faltó la lluvia torrencial.
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