La
logia de los venenos
Leí el cartel junto a la puerta: ME RÍO. Parecía una
broma, sin embargo era un bronce algo opaco pero señorial, con apariencia de
entrada a una importante institución. Entré llevado por la curiosidad. Una flecha
indicaba el ascensor al fondo. Subí. Eran cinco pisos, tantos como las letras
de la placa. Pulsé el botón del primero. Seguramente, pensé, allí estaría quien
me informe. No había nadie. Pasillos y oficinas vacías. Repetí la experiencia
en los otros cuatro pisos y lo mismo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. ¿En
dónde me había metido? Bajé rápido por las escaleras. Me fui al café de
enfrente. Pedí un vaso de agua. Me temblaban las manos. Para colmo había cinco
mozos, cinco periódicos sobre las mesas y quedaban sólo cinco medialunas de
grasa en la campana de vidrio sobre el mostrador. Cosa de Mandinga.
-¿Le ocurre algo
amigo? La voz me llegó como de lejos, no
me daba cuenta si era yo preguntando desde adentro o alguien haciéndolo desde
afuera. Pero había sido al lado mío. Su autor, el hombre envejecido que estaba
a cargo de la caja. Parecía de confiar, le conté lo sucedido, sonrió, una
sonrisa mansa, de esas que invitan a entregarse y confiar en ella…
-No es al primero
que le pasa. Efectivamente ahora ya no queda nada. En una época la Comisión de
Moralidad y Buenas Costumbres le había puesto una banda blanca de esas, vio,
que se usan para clausuras, pero el tiempo se llevó todo y después nadie se
preocupó más, salvo algunos como usted, que sin conocer la historia, se mandan
para adentro…
-¿Pero qué había allí?
-Había una logia. ¿
sabe usted lo que es una logia?
-Lo único que sé – por cuentos familiares – es que el día
que tomé la comunión mi abuelo se encerró en su pieza y no quiso salir todo el
día. Dicen mis tías que fue porque él era integrante de una logia masónica y no
estaba de acuerdo con lo que yo había hecho ese 8 de diciembre de 1950 en la
Iglesia Santa Julia de la Avenida Alberdi y Víctor Martínez.
-Bueno, yo estoy
como usted, más o menos. Pero cuando ocurrió esto le pregunté a un policía que
intervino en el cierre y me comentó que una logia son gente que profesan
iguales ideas, todas respetables por supuesto, que debaten sobre ellas con gran
profundidad, pero medio cerrados a veces, un poco soberbios, como dueños de la
única verdad…ojo…que San Martín…al cual queremos y respetamos todos era de la
logia masónica e hizo mucho bien…Dios lo
tenga en la gloria…pero la cuestión es que a éstos, no se los llevaron en cana
de casualidad, y de hecho no se pudieron reunir más. Se llamaba la Logia de los
Venenos…
-¿No me diga?...y porqué
pusieron ese nombre extraño en la placa de entrada…
- No es extraño.
Son las primeras letras de lo que ellos defendían hasta con su vida.
- Aquí me mató…y no de risa precisamente… explíqueme un
poco mejor…
- La M es
Minusvalía, la E es Envidia, la R es
Rencor, la I es inseguridad y la O es odio. La dueña del maxikiosco de al lado,
que hizo hasta tercer año de psicología y en la crisis del 2001 abandonó todo,
dice que son los sentimientos que envenenan la mente de los hombres, a quienes
les resulta difícil desprenderse de ellos.
-¿Y eran muchos los que participaban?
-Sí, un montón.
Pero cada tanto llegaban los del Borda con un chaleco de fuerza y bajaban de la
ventana del tercer piso a uno que se quería tirar. Parece que se daban manija
entre ellos y a veces la seguían acá hasta medianoche.
Pregunto… ¿ alguno realmente se curaba ?…
- Parece que sí. El
proveedor de Los Cinco Hispanos me dijo que el otro día vio la cara de uno de
ellos en un afiche electoral…
- A la mierda…Si lo llegan a votar muchos seguramente nos
pasaremos cuatro años cagándonos de risa…
- Seguramente…y en
ese caso alguien lustrará de nuevo la placa de bronce que se hará famosa. Este
país tiene mala memoria y da para todo. Pero al mal tiempo, buena cara. Al
menos, el negocio se me llenaría de “hermanos equivocados”, como en la logia
negra….pero que toman café…aunque algunos dicen que este brebaje es un un
veneno…y lo digo sin rencor…no me confunda con los de enfrente...
-Para nada. Yo lo envidiaría. Y al mismo tiempo siento
odio por el que no cuida mi inseguridad. Aunque mi mayor problema hoy es la
falta de laburo que me baja la autoestima. ¿ No tiene al menos una changa de
lavacopas ?...Ya preparo la foto 4x4 por si ME RÍO vuelve a reunirse…si me
asocio le aseguro la clientela…
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