EL PERFIL DEL
SILENCIO
Ni de noche ni de
día , nunca prendo las velas. Me aburre el estar con gente. Mi soledad camina
camina por las alcantarillas, veredas y trepa como el mejor de los gatos , para
esconderse en una pequeña casa de barrio. Desde ahí, surgen las memorias , los
presentes y los futuros que nunca sueño, pero que necesitan venir a mi
encuentro en forma de mortajas olvidadas . Prefiero esto de hoy . Estar en paz
escribiendo con voces en las calles de niños que regresan de las escuelas, o de
los obreros que caminan a paso lento y cansados para llegar a una larga cola de
parada de ómnibus. Para repetir vehículos tres veces por las tarde y tres
por las mañanas.
Mi vecina de la
derecha se llama Jazmín, su esposo es obrero calificado en una empresa automotriz.
Ella es muy agradable y por consecuencia es comunicativa. Están
casados hace diez años. Han tratado de muchas maneras , la posibilidad de
tener hijos. Ella , hace poco me dijo en una conversación, que
habían decidido adoptar una criatura .
Los días
transcurren y en mis años de hombre cansado, casi ya leo poco y escribo aún
menos. Hay muchos instantes en que me sorprendo de mi mismo , mirando hacia la
calle sintiendo un vacío siniestro y total. Cuando me doy cuenta , es un
despertar de ojos abiertos , parado, vestido, perfumado, y esperando...
Hay vecinos que ya
no están. La gente actual , pasa por la vida con tanto apuro y mucho ruido.
Generan grandes silencios, huecos sin musicalidad.Los niños llevan en sus
mochilas las últimas novedades. Nada tiene más de un año o dos, que las llevan
por compañía.
Las soledades
abundan en espacios pequeños o grandes.
Recurro a veces, a
oficinas donde percibo la fragilidad de las vivencias como de las
comunicaciones. Son lugares llenos de relatos para convertir en cuentos
macabros de este siglo xxi.
Hoy Jazmín , llamó
a mi puerta. Está muy angustiada. Son todas trabas para adoptar. Puede demorar
años y años. No lo puede comprender.No encuentro las palabras justas para
calmarle tanta angustia.
Hay un hecho surgido
hace una semana : me han invitado al Distrito Federal, para dar siete charlas
en un colegio de adultos y luego estas personas inconscientes me prolongan la
invitación a que me quede en San Francisco ( USA) dos años,
continuando las clases sobre pintura Latinoamericana.
Saldría dentro de
unos quince días, dejando el cuidado de mi casa a Jazmín y su esposo. No era
este el momento de comunicarles el hecho de mi viaje.
Nos quedamos
tomando unos vinos, previo aviso a su esposo ,que estábamos en mi casa. Al
llegar Carlos , pedí unas pizzas y dejé que hablaran de los hechos
absurdos que lastiman aún más, los dolores que ya llevan sus propias heridas.
No les comenté nada. Lo dejaría para fines de la semana próxima. Los tres
quedamos dormidos y con todas las lamparas encendidas, manifestando lo
borrachos y bien comidos, que estábamos.
Ni la luz de la
mañana nos pudo despertar. Ellos son en mi vida un absurdo, porque me
comprenden, me miman y me cuidan cuando estoy enfermo.Ellos siempre creen que
yo los alcanzo a comprender. Por ejemplo , esa noche lloré junto a ellos.
Les conté de mi
partida. Ellos también lloraron.
La ciudad me
encanta. No tengo empatía con su gente. Nunca me levanto a la mañana. A los
casi cuatro meses de terminar mis clases, recibo una invitación del Colegio
Europeo , radicado en Brujas, con una invitación y contrato por cinco años a
dar el mismo curso que estaba efectuando.
Ese día , almorcé
con champagne. No me informaban de cuanto cobraría, pero insinuaba que
duplicaban , en el caso de aceptar , duplicar lo cobrado aquí.
En el día que volé
rumbo a Brujas. Sonó mi celular, minutos antes de abordar el avión. El primo de
Carlos , radicado en Córdoba, me comunicó que el auto donde iban mis amigos, de
regreso a la Capital Federal, había volcado en una curva cerrada, falleciendo
quemados sus dos ocupantes.
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