lunes, 21 de mayo de 2018

Josefina Fidalgo-Argentina/Mayo de 2018


El sombrero alado

Vuelan los agujeros azules del sombrero sonámbulo
Se filtran las estrellas y palpitan en la noche
Choca con las nubes, se esconde y reaparece
Se cuelga del perchero de la luna menguante
Un travieso báculo de plata lo descuelga
y lo encasqueta en su cabeza.
Gira el sombrero de lunares huecos
Flota feliz con su música de alas
Conversa el humo con las nubes y el sombrero
y los relámpagos se mezclan con el vodka
e interrumpen la paz de la paloma
que reparte finas cartas transparentes.
La lluvia se cuela, lo da vuelta
y el pájaro amarillo lo llena de limones.
En las iglesias del cielo
se riegan las esperanzas con rocío
y le crecen más hojas al peral
y al muérdago de los galos.
¿Se sentará la dama ansiosa debajo
para que la bese el gallardo joven?
¿Y quién le enseña el regreso
a las memoriosas golondrinas?
¿Tal vez, los inmensos aviones que cruzan los mares?
El gato azul ronronea por las noches
las siete preguntas del tejado roto
y por respuesta cae un sombrero
Un curioso y vagabundo sombrero de la noche.

Del libro Espiral Concéntrico

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