Óleo de Josefina Fidalgo |
Es la
arboleda que me cubre
de la
helada alunada,
del frío
espeso que descansa
en los
cadáveres de las hojas rojas
Revoloteando
las polillas encriptadas..
ciegas,
sedientas de luz
mueren
calcinadas
en la
lumbrera de los faroles
Soy el
viejo que viene
al final
de la curva del camino
el que no
existe y tiene vida en el cuadro
donde
esas manos esculpieron
a
pinceladas mi fachada
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