jueves, 21 de junio de 2018

Abel Espil-Argentina/Junio de 2018

EL CAFÉ DE LOS HERMANOS GARCÍA... ÍNDICE DE VIDA



En el crepúsculo del día 8 de Noviembre de 1994, llegué cansado, con frío y sin ganas de conversar. La barra iba a llegar un rato más tarde. Al entrar, por Sanabria, Fogonazo me recibió sacando punta al taco de billar.
---   Papi ¡ qué carucha  ! ---
---Bancame  un poco, seguí tu juego ---

El  lugar  ayuda a sobrellevar este pretexto relato, llamado vida. Cada uno de la barra lo sabe. Cada uno conoce los rincones del Café de García, mejor que la propia casa.
Hubo muchos días , en que al llegar escuchaba distintos temas musicales .

En las mesas del medio :  jacque mate

 Hacia la Av. Beiró,sobre el paño verde, el sonar de las bolas de colores  y la roja escapando, para no ser herida.

Al fondo, el chiflido  parecido a una locomotora, llenando el espacio a olor café.

 Lo que nunca falta para acompañar una sonrisa o una angustia , que traen los parroquianos : música de tango. Tango de ayer  y hoy, rellena las medialunas calientes o la tarta alta , grande, con pretensiones de ser española.

Hoy no es el día.  He cerrado el negocio de la esquina para siempre. Escucho alguien que me llama : --Eduardo nos falta una mano, venís ?---

Hoy no es el día. Levanto el brazo derecho y con un gesto de mano le digo , que no.

Me siento vacío , perdido. Lo único que registro, son los nombres de cada uno de mi familia y el de los muchacho de la barra. No tengo más voluntad de nada, Se me han apagado los sueños.
Debo reunir a mi esposa y mis dos hijas. Hablarles, porqué el fracaso y el miedo a continuar . Hay una  cosa clara : salir y buscar trabajo.

Los hombres,  cuando llegamos a estas circunstancias, sentimos que dejamos de ser los machos proveedores y nos dice que el mundo ha cambiado. Yo... aún no me había percatado de este hecho.

Lo increíble es el silencio, que surge hacia mi persona, de cada uno de la barra. Son hombres , en que la vida los convirtió sabios del dolor ajeno.  Uno a uno de ellos, han sufrido  lo suyo.

Eduardo , ya no sos el mismo. No lo dicen ,lo escucho en sus miradas Me percibo distinto.Me lo digo tantas veces Es como que sin trabajo, la vida se hubiera vaciado .

En un instante imprevisto, las puertas del Café de los Hermanos García, se abren en forma total :las que dan a Sanabria, las de la ochava y las  de José  Pedro Varela.
El local se llena de palomas blancas, algunas volando, otras posadas sobre una taza de café con leche, varias caminan por el paño de billar.
Es  tan extraño, que desde mi cobardía atino a salir a la calle.
Me detengo en la vereda, y suena el celular, es Ricky: ---Ola , Eduardo, me escuchás, te llamo para decirte que  vengas con nosotros y serás uno más del equipo. Te esperamos el lunes a la mañana---
---Gracias. ¿  Porque me llamas vos y me abren las puertas de su empresa ?----
----Viste amigo... la vida tiene estos misterios y vos sos un buen asesor lumínico----

Vuelvo a entrar al café de los hermanos y escucho la vos de Edmundo Rivero , cantando el tango : Uno.
No hay una sola paloma. En los dos tableros de ajedrez siguen sus jugadores , moviendo las fichas y marcando el tiempo en el reloj.
La mesa de Pool , en silencio, presenta en el centro un triángulo rojo, abrazando las calladas pelotas de colores. Ella nos conoce y los ama a los Hnos García, cuando la lustran con fuerza y ahínco, quedando brillosa y reluciente.
Desde la mesa de billar escucho a Fogonazo : ---Eduardo , nos falta una mano venís???-----

4 comentarios:

  1. Maravilloso..recuerdos...olores .
    Momentos amables..pantagruelicas picadas linda vida

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  2. Buenísimo Abel. ¿Colaboraste alguna vez con Ciudad Seva?

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  3. Ecxelente Abel !!!! que bien narrado tu cuento, me encantó, bien de barrio, muy bueno, Felicitaciones beso Josefina.

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  4. No colabore --sr o niña--nunca con Ciudad Seva.
    Me gustaría.
    Abel Espil

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