CASCADA Y TORBELLINO
Tu voz camina por mi sangre
e inunda a mis pensamientos,
y cuando las sombras
embarazan
al color, sujeto a mi potro
con su crin al viento.
Aunque temo el viaje
de ida
amortajado por el frío olvido,
en donde llueve a cántaros el llanto
y hasta se mezclan mudos los quejidos;
las voces de la piel
hoy se me adentran
e invasoras perturban mis latidos
y me vuelvo cascada y
torbellino,
para abrazar el cauce
de tu río.
Si no temes la fuerza del torrente,
sujétame e l caudal embravecido
y seamos oasis y remanso,
en un mundo muy
nuestro y sin testigos.
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