VIVENCIAS DE AQUEL CHANGUITO
Senderito que marcaron
mis alpargatitas gastadas.
Todos los días pasaba,
con el pasito apurado,
con la viandita caliente,
sabiendo que me esperaban,
esos duros jornaleros,
que desde el alba estaban,
macheteando y apilando
pura zafra, pura caña.
De regreso con la alegría
de la tarea cumplida,
me aguardaban en el horno,
de la “abuelita María”,
tortillitas y soldaditos,
muñequitos de pan casero,
y mi tacita de mate,
“TROFEO” que más recuerdo.
Después con la canastita
a recoger huevitos,
que con ahínco buscaba,
en lugares escondidos,
que las ponedoras inventaban.
Mis juguetes de “guagüita”
que siempre estaban guardados,
escardillo, azadita, escobita de retama,
palita manguito corto
y mis “teritas” ganadas.
Y a jugar en ese patio
que era mi mundo adorado,
rodeado de animalitos,
picando maíz pisado,
patos, pavitos, pollitos
y teros que merodeaban.
¡Qué feliz aquella infancia!
¡Cuántas vivencias pasadas!
¡Cuánto “AMOR” quedó escondido!
¡En ese patio de campo!
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