En el ocaso de la luz esquiva,
donde los susurros danzan en complicidad,
y las miradas trazan senderos de secreta connivencia,
yo soy la sombra que acaricia su existencia.
Tú, en tu esfera de deberes y monotonía,
crees tener su amor entre tus manos,
mas ignoras que en mi refugio de pasión desenfrenada
soy el eco de sus anhelos más deseados.
Él busca en mí las noches de éxtasis sin fin,
sus deseos más profundos, sus quimeras sin censura.
Mientras tú te aferres a la ilusión de un amor ya desvanecido,
yo soy el fuego que aviva su destino.
En el laberinto de promesas incumplidas y engaños sutiles,
yo soy la musa de sus versos prohibidos,
la complicidad que se esconde en cada mirada lasciva,
la amante eterna en su danza sensual, provocativa.
En este juego de sombras y anhelos velados,
me erijo como dueña de sus noches y sus lujurias,
porque, con orgullo, en esta danza clandestina
soy su amante, su amante furtiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario