jueves, 20 de junio de 2024

Jorge Etcheverry-Argentina/Junio 2024


 

El ocaso del detective

El inspector Llanos se aferraba a la pega con dientes y muelas, quizás este iba a ser su último caso.  La Dirección le había ido quitando paulatinamente recursos humanos y materiales, hombres de punto fijo, aduciendo en su momento y con razón la poca importancia de esa determinada pesquisa, un caso de tantos, que se repetían hasta el hastío en todas las megaciudades del continente. Además estaba en el trasfondo la cercanía de su jubilación, él había mantenido esa costumbre de dejar pasar el tiempo en la oficina, en el terreno, como esperando, o quizás intuyendo algo con su nariz de viejo sabueso pesimista, un golpe fulminante del destino, un ataque al corazón, una conseguida en la pega que lo pusiera de patitas en la calle sin derecho a jubilación.  Últimamente no le habían querido asignar ni siquiera un paco de punto para su caso.  Seguramente la Dirección pensaba que él era un asunto cerrado para ellos y no había nada que justificara seguir gastando en él muchos recursos, asignarle más gente. Además, que en lo que respecta a la virtualización del Servicio, él se consideraba un detective a la antigua, y pese a que no desconfiaba de la tecnología, creía más en la intuición, el trabajo del inconsciente, el regalo fortuito del azar.  

 

 

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