Imagen : Tom Bagshaw |
El giro del girasol
Enhebro con palmeras
una larga trenza con nidos
de pájaros que pernoctaron en su verdor.
(Y te enlazo a mi orilla)
Fluye con hervor mi sangre
por canales de mi flor desnuda,
escucho su estruendo.
Y sigo en la línea de la no renuncia
haciendo malabares para no precipitarme
en el vértigo de tu ausencia.
Si el girasol no descansa en su giros
hasta fijar sus ojos a la plenitud
del sol...
¿Por qué no esperar tu tibieza
posada en mi nuca,
intentando cazar mariposas
escondidas en mis cabellos?
Si el mar espera con la paciencia
del risco la luna nueva,
donde sube a besar la orilla.
No he de esperar
la aurora reflejada en tus ojos
que me pintan un paisaje
de mastrantos y de hinojos,
y me siembro en tus aromas,
cuando se enciende la noche
cuando pronuncias "te quiero"
cuando tú rocío me inunda
cuando resbalan las ganas
en esta entrega nocturna.
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